kiev - Miles de personas concentradas en el Maidán de Kiev, símbolo de la protesta popular que derrocó a Viktor Yanukovich, y ahora feudo de los neonazis de Sector Derecha y Svoboda exigieron ayer al presidente ucraniano, Petro Poroshenko, mano dura con los rebeldes prorrusos y también con los responsables de la operación militar lanzada contra los insurgentes. La muerte ayer de 49 soldados ucranianos en Lugansk a manos de los separatistas prorrusos ha reactivado las demandas del los ultras para que los culpables de la inoperancia demostrada por las fuerzas ucranianas sean destituidos y se depuren responsabilidades.
Más de dos meses de operación militar, en la que un Ejército bien armado se enfrenta a un grupo de milicianos apoyados e instruidos por mercenarios profesionales, no ha logrado reprimir la rebelión prorrusa que estalló a mediados de abril pasado en Donetsk y Lugansk, dos regiones del sureste del país.
El número de soldados ucranianos caídos en combate desde el comienzo de las operaciones militares ronda al menos el centenar, mientras que los civiles muertos superan de largo los 200, según han reconocido las autoridades.
En la lista negra de los extremistas están todos los responsables de la operación militar: el ministro de Interior, Arsen Avakov; el titular de Defensa, Mijail Koval; el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Valentin Nalivaichenko; el jefe de la Guardia de Fronteras, Nikolai Litvin, y el fiscal general, Oleg Majnitski.
"No solo exigimos la destitución de estos cargos públicos (...), sino también la investigación y el castigo de los responsables de la situación en la que se encuentra Ucrania", dijo Alexandr Ostapenko, miembro del consejo social del Maidán.
La figura de Litvin, cuyos hombres han dejado cientos de kilómetros de la frontera ruso-ucraniana en manos de los rebeldes, genera especial animadversión entre los activistas, que exigen a Poroshenko que acepte de inmediato la dimisión que habría presentado la pasada noche el jefe de los guardafronteras. "Señor Poroshenko, le instamos a tomar una decisión radical en relación a este personaje odioso. Si no la toma usted, lo haremos nosotros", exclamó el ultraderechista Ostapenko desde el escenario de la plaza de la Independencia de Kiev, corazón del Maidán.
El batallón azov Por su parte, el comandante del batallón especial de voluntarios Azov -en el que se han integrado militantes del Sector Derecha-, Igor Mosiychuk, pidió al nuevo presidente ucraniano que declare la ley marcial en Donetsk y Lugansk y cierre a cal y canto la frontera con Rusia, de donde, según Kiev, los insurgentes reciben refuerzos y armas. Las palabras de Mosiychuk, cuyo batallón combate a los prorrusos en Donetsk, fueron recibidos con aplausos de la multitud.
Los manifestantes también exigieron a Poroshenko la inmediata disolución de la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania y la convocatoria de elecciones legislativas.
Los líderes ultraderechistas del Maidán convocaron a los ciudadanos a marchar el próximo martes a la sede del Parlamento para exigir estas y otras medidas a la cúpula del país bajo la consigna Limpieza de la Rada.
Algunos analistas políticos apuntan a que bajo la fuerte presión popular, motivada sobre todo por la muerte de soldados ucranianos en Lugansk, el presidente podría declarar en los próximos días la ley marcial en el sureste del país.
Hoy se reunirá en Kiev el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania con dos puntos en el orden del día: restablecimiento de la frontera estatal con Rusia y las medidas para llevar a cabo el llamado plan de paz para el Donbass, como se conoce la región minera que integra Donetsk y Lugansk.
Mientras, los combates entre los rebeldes prorrusos y las fuerzas ucranianas continuaron durante las últimas horas tanto en Donetsk como en Lugansk, convertida esta última en escenario de los enfrentamientos más intensos.