El presidente uruguayo, José Mujica, encara su último año en el Gobierno con un balance vanguardista en materia de derechos sociales. En tres años, el mandatario ha impulsado leyes de calado como la despenalización del aborto, la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y la liberalización de la marihuana. El próximo octubre, Uruguay elegirá nuevo presidente y ante la imposibilidad de Mujica de presentarse a la reelección inmediata, todo parece indicar que el candidato del gobernante Frente Amplio será el expresidente Tabaré Vázquez, predecesor del actual mandatario. A pesar de que aún no se han decidido las candidaturas, las encuestas apuntan ya a una victoria oficialista, aunque en segunda vuelta.
Así las cosas y con las elecciones captando cada vez mayor atención, los analistas consideran que el tiempo de grandes anuncios y proyectos se ha terminado para el Gobierno del carismático presidente, que dejará el poder el 1 de marzo de 2015. Según encuestas recientes, el nivel de aprobación de su gestión se sitúa en torno al 47%; su popularidad, en cambio, asciende al 54%. En el exterior, este porcentaje es aún mayor, y es que Mujica ha captado la atención mundial y se ha ganado la simpatía de muchos con una imagen de austeridad y su mensaje contra el consumismo desaforado. Su notoriedad le ha valido, incluso, que la ONG holandesa Drug Free Institute y 115 profesores de la Universidad de Bremen le hayan postulado para el Premio Nobel de la Paz. Los patrocinadores argumentan que la ley que pretende regular el mercado de la marihuana es una alternativa positiva a la guerra contra el narcotráfico.
El objetivo de esta legislación, inédita en el mundo, es arrebatarle el control del negocio a los grupos criminales y evitar que los jóvenes tengan que exponerse en el mercado negro a otras drogas más fuertes, como la pasta base de cocaína -muy barata y adictiva-. "Tiene que ver con la preocupación que tiene desde hace años el presidente Mujica de combatir las drogas duras, en particular la pasta base. Y con cierta convicción que tiene el presidente en cuanto a que separando el mercado de la marihuana del mercado de la pasta base, se puede combatir mejor la pasta base, que es su gran obsesión", explica Adolfo Garcé, investigador en el Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.
El proyecto fue aprobado tras un largo debate político y social, pese a la oposición de gran parte de los uruguayos, después de que Mujica lanzara la idea hace dos años en el marco de varias medidas para combatir el aumento de la violencia en el país, en especial, la delincuencia juvenil. "En todo este tema de la marihuana se está yendo a contrapelo de la opinión pública, la mayoría de la población está en contra", enfatiza Garcé. El investigador uruguayo destaca el afán vanguardista de los gobierno del Frente Amplio, en el poder desde 2005, en materia de derechos. "El reformismo batllista fundó el estado de bienestar y llevó adelante una agenda de derechos importantes y el reformismo frenteamplista trata de hacer lo mismo, refundar el estado de bienestar y en ese contexto relanzar la agenda de derechos", asegura. Y sobre el rechazo a la ley sobre la marihuana, concluye: "El batllismo también fue más rápido de lo que la sociedad de su tiempo admitía".
A principios del siglo pasado, Uruguay, bajo el mandato de José Batlle y Ordóñez, fue pionero en la región al admitir el divorcio por la sola voluntad de la mujer, abolir la pena de muerte, legalizar la prostitución o reducir la jornada laboral a 8 horas. En 1927, Uruguay también fue el primer país de América Latina en aprobar el voto femenino. Con José Mujica, esta pequeña nación de 3,3 millones de habitantes ha vuelto a centrar la atención al convertirse en el segundo país después de Cuba en despenalizar el aborto y al aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo -en la región, solo Argentina y la Ciudad de México lo permiten-. "Aplicamos un principio muy simple: reconocer los hechos. El aborto es viejo como el mundo (...) El matrimonio gay, por favor, es más viejo que el mundo", ha dicho Mujica.
Pero el asunto que ha centrado el debate, además de la ley sobre la marihuana, es la oferta de Mujica al presidente Barack Obama de acoger en Uruguay a presos de Guantánamo. Ante el revuelo, el Gobierno uruguayo ha aclarado que se trataría de personas de "muy baja o nula peligrosidad", que serían en torno a cinco y que llegarían al país como refugiados. "Hay 120 tipos que están presos desde hace 13 años. No vieron un juez, no vieron un fiscal y el presidente de EEUU quiere sacarse el problema de encima", ha explicado Mujica.
Economía y educación Durante los últimos años, Uruguay ha gozado de unas buenas cifras económicas. Según el Banco Central, en 2013 creció un 4,4%, acumulando su undécimo año de crecimiento, y 29.000 personas salieron de la pobreza. Además, el desempleo se ha mantenido bajo: entre el 6 y 7%. Sin embargo, los uruguayos empiezan a mostrarse más preocupados por la situación económica. Y es que, este año, el Gobierno se ha visto obligado a rebajar su previsión de crecimiento al 3%. La inflación, mientras, se sitúa ya en el 9,73%.
Pero los temas que más preocupan a los uruguayos son dos: la seguridad y la educación. Los malos resultados de Uruguay en el último informe PISA, los peores desde que comenzaron las pruebas, ha causado un gran revuelo. El país quedó en el puesto 57 de 67 en las pruebas, que se centraron en matemáticas, literatura y ciencia. En su informe de gestión de 2013, el Ejecutivo reconoció que no ha podido abatir la deserción en la educación secundaria.
"Yo tengo la responsabilidad", manifestó el presidente Mujica. Uruguay tiene, además, una tasa de repetición del 40% en Secundaria y, durante las dos semanas de exámenes, PISA encontró que el 59,3% de los estudiantes llegaron tarde a clase, un 23,8% faltó al manos a una y un 23,6% se ausentó durante un día o más.
Cómo obtenerla. La ley establece tres formas en las que un consumidor puede obtener marihuana: autocultivo (cada persona podrá obtener hasta seis plantas o una producción de hasta 480 gramos), clubes de socios (que podrán tener de 15 a 45 miembros o un máximo de 99 plantas) o comprar la que cultivará el Estado, que se venderá a un dólar americano el gramo.
Cultivo del Estado. Con la reglamentación de la ley, este mes, se sabrá al fin dónde se plantará la marihuana, dónde se venderá y cuándo se pondrá a la venta. Las autoridades han advertido de que pasarán varios meses desde que se plante el cannabis hasta que llegue a comercializarse y calculan que podría ser a comienzos del próximo año.
Según Mujica, "se va a cultivar en un lugar, seguramente en un predio de las Fuerzas Armadas". "Probablemente habrá productores privados, pero bajo determinadas condiciones", ha asegurado el presidente uruguayo.