MADRID. "Temo por todas nuestras vidas --la mía, la de mi mujer y la de nuestros dos hijos-- si tenemos que permanecer en Sudán incluso un día después de su liberación", ha afirmado Daniel Wani, que ha explicado que por el momento el tribunal de apelación está deliberando sobre el caso de Mariam.

Wani ha hecho referencia a la fe de su mujer, que fue condenada por abandonar la religión musulmana de su padre, aunque ella ha insistido en que fue criada en la religión cristiana por su madre desde que era pequeña.

"Hay presión sobre ella por parte de líderes musulmanes para que vuelva a la fe", ha relatado. "Ella dice '¿cómo puedo volver cuando nunca he sido musulmana? Sí, mi padre era musulmán, pero yo crecí con mi madre", ha insistido.

El caso de Mariam, de 27 años, ha llamado la atención de la comunidad internacional y de varias organizaciones de Derechos Humanos. Mientras, su hermano, Al Samani al Hadi, defendió que "debería ser ejecutada" si no renegaba del cristianismo.

"Desapareció durante el Ramadán del año pasado --en julio-- durante 45 días. Ahí es cuando fuimos a la Policía. Cuando fue encontrada nos dimos cuenta de que su cara era diferente, la forma en la que nos miraba era diferente", aseguró. "Estaba embrujada".

Además, Al Hadi recalcó que debería "arrepentirse". "Estamos preparados para quererla como a la niña de nuestros ojos. Pero si se niegue debería ser ejecutada", afirmó. "Por qué iba a apelar a mi humanidad, mis emociones y provocar la ira de mi Dios? Así no es como funciona para nosotros", defendió.