Si hay algo claro entre la clase política británica es que, estén a favor o en contra de la independencia, la inmensa mayoría de habitantes al norte de la frontera quieren que el Parlamento de Holyrood tenga más autonomía y pueda decidir sobre más aspectos del día a día escocés. De esta manera, con un referéndum de independencia que cada vez se perfila más cerca en el horizonte, los grandes partidos unionistas se han lanzado a ofrecer una mayor autonomía si en septiembre los votantes optan por el "no". Laboristas, conservadores yliberaldemócratas han presentado sus propuestas para aumentar la soberanía escocesa con el objetivo claro de que el 19 de septiembre Escocia siga siendo parte de Reino Unido.
Y es que, las encuestas revelan que, aunque lentamente, la opción de la separación gana adeptos día tras día. Esta tendencia ha hecho que las grandes formaciones británicas se hayan convertido en defensoras acérrimas de la devolución de poderes a Edimburgo. Ven en ello la manera más efectiva de frenar una posible independencia a la vez que contentan a los escoceses ofreciendo un cambio en elstatu quo actual. Se trata de unas propuestas puramente económicas que, en mayor o menor medida, otorgarían aHolyrood mayores poderes económicos a la hora de fijar sus propios impuestos, una de las reivindicaciones principales de los nacionalistas. Y aunque todas ellas comparten la misma base, competencias sobre algunos impuestos, cada una de las formaciones ha intentado desmarcarse de las otras con la mirada puesta en las elecciones generales del año que viene.
PROPUESTAS De esta manera, el líder de los laboristas, Ed Miliban, aseguró directamente que si los ciudadanos lo elegían como Primer Ministro en el 2015, la moción para debatir la ampliación de poderes sería introducida durante su primer año de mandato. Sin embargo, irónicamente, la de los laboristas es también la opción más conservadora. Su propuesta pasa por ampliar la autonomía fiscal para que Escocia modifique los tramos más altos del IRPF. A la vez, Edimburgo pasaría a gestionar las ayudas relacionadas con la vivienda y, en general, podría recoger impuestos equivalentes al 40% de su presupuesto.
Al otro extremo están los liberaldemócratas. Si Escocia se mantiene dentro de Reino Unido, la formación liderada por Nick Clegg, propondrá crear un estado federal. Londres gestionaría aspectos como el sistema del bienestar, las pensiones, defensa o la política exterior, pero las políticas sobre la mayor parte de impuestos quedarían en manos escocesas. Además, los liberaldemócratasproponen que se modifique la Fórmula Barnett, por la que actualmente se decide cuánto dinero se destina a cada autonomía, y se aplique un método "en función de las necesidades de cada administración".
Mientras tanto, a medio camino entre unos y otros, se encuentran los conservadores. Los tories no abogan por un estado federal aunque su propuesta pasa porque Holyroodtenga "competencias completas" sobre el IRPF. Además, Escocia sería responsable del 40% de los gastos de su presupuesto. El Primer Ministro, David Cameron, ha dado ya su visto bueno a esta ampliación de poderes a la que calificó de "clara y coherente para con el próximo paso en el viaje de la devolución a Escocia". Al igual que EdMiliban, Cameron llevará esta ampliación de poderes en su programa electoral para el año que viene aunque elpremier británico no ha señalado si la pondrá en marcha durante su primer año de mandato.
CAMBIO DE IDEA Especialmente sorprendente es la actitud de los conservadores que durante toda su historia han mostrado una tradición centralista y totalmente contraria la devolución de poderes a Escocia. Su nombre oficial, Partido Conservador y Unionista, hace referencia a sus dos principales principios y, de hecho, los tories se opusieron firmemente a la creación de un parlamento escocés tanto en el referéndum de 1979 como en la consulta que, finalmente, vio la creación de una cámara propia en 1997.
Durante las últimas elecciones escocesas, hace tan solo 3 años, la propia líder de la formación en la zona norte, RuthDavidson, calificó de "línea roja" una hipotética ampliación de poderes. Ahora, ante el prospecto de una independencia completa esas líneas rojas son parte del pasado y los conservadores, con Davidson a la cabeza, son ardientes defensores de la ampliación de poderes en Escocia.
Desde el sector independentista asisten con incredulidad al despliegue de promesas de los unionistas. La viceministra principal, Nicola Sturgeon, directamente pidió a los escoceses que "no crean" a laboristas, conservadores yliberaldemócratas y criticó la "apuesta para ver quién da más" en la que están instalados. De la misma manera, la portavoz nacionalista señaló que "proponiendo distintos impuestos para Reino Unido han destrozado uno de los pilares del unionismo". Sturgeon resumió la actitud de los contrarios a la independencia reprochándoles que "prentenden que creamos que, de repente, se han convertido a la causa de Escocia".