MOSCÚ. Rógov dijo a la agencia RIA-Nóvosti que los detenidos ciudadanos de Turquía, Dinamarca, Estonia y Suiza portaban "equipos sospechosos".
"Les estamos verificando. Al mismo tiempo estamos en contacto permanente con la OSCE. Ellos saben que sus muchachos están bien", afirmó.
El contacto con el equipo de cuatro expertos se perdió a las 18.00 horas (15.00 GMT) del lunes pasado cuando éstos viajaban de Donetsk a Lugansk.
Tres días después, el autoproclamado alcalde de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov, reconoció que los observadores habían sido detenidos por los separatistas y prometió su pronta liberación.
Los rebeldes ucranianos secuestraron a otros cuatro observadores de la OSCE, con lo que ya son ocho los que están en su poder.
La OSCE reconoció ayer haber perdido contacto con un segundo grupo de observadores, en esta ocasión en la región de Lugansk.
Al parecer, los observadores internacionales fueron detenidos por hombres armados en la ciudad de Severodonetsk, 100 kilómetros al norte de la capital regional (Lugansk), lo que fue confirmado por los propios insurgentes.
El líder del separatista Frente del Sureste, Serguéi Veselovski, informó a las agencias rusas sobre la detención de los cuatro europeos que "viajaban de manera descarada por toda la región sin avisar a nadie".
Veselovski anunció la liberación de esos observadores, sin embargo, dicha información aún no ha sido confirmada por la organización.
Mientras, según la prensa rusa, el mediador de la OSCE para Ucrania, el diplomático alemán Wolfgang Ischinger, no amplió su mandato que expiró el 25 de mayo, mientras que el organismo aún no ha determinado quién le va a sustituir.
Anteriormente, el político alemán no descartó retirar a los observadores de la organización en Ucrania si la situación sigue siendo peligrosa.
"Si la inseguridad es tal que debemos temer por la vida de nuestros colaboradores, lamentablemente, habrá que retirarlos", dijo Ischinger en un programa de la televisión pública alemana ZDF.
La misión especial de observación de la OSCE en Ucrania, en marcha desde el pasado mes de marzo, cuenta actualmente con unas 280 personas, entre ellas unos 200 observadores civiles de 41 países.