Kiev - El Gobierno ucraniano respira aliviado por la mejoría de la situación en el este prorruso en vísperas de las presidenciales del domingo, aunque Rusia advirtió de que su legitimidad peligra por la ofensiva contra los bastiones insurgentes. "Durante los últimos días se puede decir que la situación en el Donbass (cuenca hullera) ha cambiado para mejor", afirmó el primer ministro interino, Arseni Yatseniuk, durante la tercera mesa redonda de diálogo nacional, que se celebra en la región de Nikolayevsk. Aunque teóricamente la operación antiterrorista en la región de Donetsk prosigue, en los últimos días no se ha informado de combates en lugares como Slaviansk y Kramatorsk, donde se encuentran atrincherados cientos de milicianos rebeldes.

Además, el Gobierno de Kiev ha recibido un crucial espaldarazo del hombre más poderoso del este rusohablante, el oligarca Rinat Ajmetov, quien dio la espalda a los sublevados, los cuales han amenazado con nacionalizar sus empresas después de que él se negara a pagar impuestos. "Aquellos que representan y controlan el Donbass han declarado que ninguna república criminal de Donetsk dirigirá ni Donetsk ni Ucrania", destacó Yatseniuk.

Mejor acuerdos que fusiles En relación al memorándum de Concordia y Paz aprobado el martes por la Rada Suprema (Parlamento), aseguró: "es mejor demostrar que somos capaces de alcanzar un consenso, aunque sea sólo en algunas cuestiones, que tener fusiles y bandidos en Donetsk y Lugansk".

La Rada tendió la mano al este sublevado con promesas de descentralización, amnistía, ley sobre referendos, estatus oficial para la lengua rusa y cese de la operación militar en caso de que los insurgentes depongan las armas. Y llamó a los ucranianos a dejar de obstaculizar los preparativos para los comicios, en alusión a los insurgentes que han ocupado colegios electorales en las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, que la semana pasada proclamaron su independencia.

El líder de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, rechazó el memorando y lo tachó de "acción populista", ya que mientras llama al diálogo prosigue la ofensiva militar. "El diálogo con aquellos que representan a Kiev es imposible. Podemos hablar sólo a través de mediadores y únicamente sobre el canje de rehenes y la retirada de las tropas ocupantes de nuestro territorio", dijo.

Mientras, Rusia pidió ayer a Ucrania que garantice el domingo unas elecciones libres. "Sin lugar a dudas, las elecciones presidenciales como tales son un paso en la buena dirección. Cuanto más, es importante garantizar que sean libres y que realmente participe todo el pueblo", demandó la Cancillería en un comunicado. Durante su actual visita a China, el presidente ruso, Vladimir Putin, no desaprovechó la oportunidad para dar una cal y otra de arena en relación con las presidenciales. "Los procesos políticos, incluida la legitimación de las autoridades (de Kiev), son pasos positivos. Al mismo tiempo, nos será muy difícil entablar una relación con gente que ha llegado al poder en el marco de una operación de castigo en el sureste de Ucrania y que obstruye el trabajo de la prensa", dijo.