LONDRES. La medida de fuerza, que empezó ayer a las 20.00 horas GMT y terminará mañana a esa misma hora, afectará a los tres millones de personas que usan a diario el principal medio de transporte de la ciudad.

Algunas líneas mantendrán servicios mínimos, pero otras, como la Central, una de las principales, permanecerán cerradas.

Las compañías de autobuses han puesto más vehículos en las calles, lo que contribuirá a que la capital viva dos días de gran congestión de tráfico, mientras que muchos trabajadores han optado por acudir al trabajo en taxi o en sus coches.

Los trabajadores del metro han iniciado el paro después de que fracasasen hoy las negociaciones de última hora entre el Sindicato Ferroviario, Marítimo y del Transporte (RMT, siglas en inglés) y la compañía London Underground (LU).

El paro coincidirá mañana con la semifinal de la Liga de Campeones entre el Chelsea y el Atlético de Madrid, que se disputará desde las 18.45 horas GMT en el estadio londinense de Stamford Bridge, lo que puede provocar un caos para los miles de aficionados que acudan a este encuentro.

El paro fue convocado por el sindicato RMT por el planeado cierre por parte de LU de 260 oficinas de venta de billetes el próximo año con la supresión de 950 puestos de trabajo.

El director gerente del LU, Mike Brown, afirmó hoy que no habrá despidos forzosos y que a todos los trabajadores que quieran continuar en el metro se les ofrecerá un empleo.

Además de este paro, el RMT ha convocado una segunda huelga de 48 horas para los mismos días de la próxima semana.

LU insiste en que apenas el 3 por ciento de los billetes de tren se venden en las ventanillas, ya que casi todos los usuarios utilizan la tarjeta electrónica "Oyster", que cargan en las máquinas de las estaciones o de manera automática a su tarjeta de crédito.