Slaviansk - La operación antiterrorista lanzada por Kiev contra los milicianos prorrusos armados chocó ayer con la resistencia de ciudadanos pacíficos en las localidades de Kramatorsk y Slaviansk, en el sureste rebelde de Ucrania. "Seis blindados fueron parados por gente desarmada en la ciudad. Les convencimos para que se pasaran al lado del pueblo de manera pacífica", explicó Alexandr, un vecino de Kramatorsk, en la región oriental de Donetsk, vecina de Rusia.

Milicianos prorrusos, perfectamente uniformados y armados con fusiles de asalto Kalashnikov, se hicieron poco después con el control de la columna y la llevaron a Slaviansk, a unos quince kilómetros al norte, donde aproximadamente un centenar de soldados ucranianos les entregaron sus blindados. "Se pasaron al lado del pueblo por su propia cuenta, sin que nadie les obligara", aseguró en la plaza de Lenin de esta ciudad de unos 120.000 habitantes el comandante de la milicia, que se identifica como Balú y asegura que es oriundo de Crimea.

Es el único entre decenas de sus hombres que no va encapuchado y habla tranquilamente con todo periodista que le aborda.

Tres de los seis blindados que perdió el Ejército ucraniano fueron exhibidos en la plaza ante cientos de habitantes de Slaviansk, convertida en bastión de la sublevación de la región minera de Donetsk contra Kiev. Las madres subían a los niños a los blindados, mientras los hombres armados, que dicen pertenecer a la Milicia Popular del Donbass (región hullera del sureste ucraniano), posaban encantados con un niño agarrado de una mano y el Kalashnikov en la otra.

Soldados que se van Los soldados ucranianos salieron, entre aplausos, de un edificio situado en la plaza y subieron en varios autobuses, "para volver con sus familias", según Balú.

En Kramatorsk, una docena de blindados de transporte y de combate del Batallón de Infantería Aerotransportada de Dnepropetrovsk fueron rodeados por cientos de vecinos de todas las edades en las afueras de la localidad. "¡Marchaos a casa, no somos terroristas ni separatistas! No servís al Gobierno, sino al pueblo", increpaba un hombre de unos 35 años a una decena de soldados encaramados sobre uno de los carros.

Un soldado oriundo de la vecina región de Lugansk, otro foco del movimiento popular rusohablante contra Kiev, explicó que su unidad no sabía que sería movilizada para participar en una operación contra milicianos protegidos y apoyados por población civil. "Soy de Lugansk, ¿cómo voy a disparar a mi gente?", se dirigió este militar a los vecinos, aunque no todos los soldados de su unidad mostraron plena solidaridad con la población de la rebelde Kramatorsk, que exige a Kiev una federalización que a muchos les huele a separatismo.

Recostado sobre el único blindado que exhibía con orgullo una bandera ucraniana, un joven suboficial aseguró que su "patria es toda Ucrania, desde los Cárpatos hasta Lugansk", la región más oriental del país.

Tanto Slaviansk como Kromatorsk son objetivo prioritario de la operación lanzada ayer por las fuerzas armadas y policiales ucranianas, que quieren recuperar el control de estas ciudades, en manos de milicianos desde hace cinco días.

El general al mando de la operación, Vasili Krutov, ha asegurado que para lograr su objetivo no dudará en "combatir a terroristas, delincuentes y militares" invasores extranjeros que coordinan, según Kiev, la sublevación en distintas ciudades de Donetsk y Lugansk.

partido de las regiones En el plano político, el Partido de las Regiones, el más votado en el este rusohablante de Ucrania, llamó ayer a las milicias prorrusas a deponer las armas y desalojar los edificios gubernamentales ocupados. "Nos dirigimos a todos nuestros compatriotas que protestan en las calles de Donetsk. Os instamos, os pedimos que depongáis las armas y no pongáis en peligro la vida de los ciudadanos pacíficos", dijo Nikolai Levchenko, jefe de la formación que estuvo encabezada por el depuesto presidente, Viktor Yanukovich.

A su vez, el partido abogó por la reforma de la Constitución a través de un referéndum para ceder más competencias administrativas y presupuestarias a las regiones, aunque en el marco de un Estado unitario y no de una república federal, como exigen los prorrusos. "A aquellos que llaman a escindir el Donbass (cuenca hullera ucraniana) de Ucrania, les diré que es lo mismo que tirarse por la ventana desde el noveno piso", sentenció.

Por su parte, el pleno del Parlamento Europeo (PE) celebró ayer un debate sobre la crisis en Ucrania en el que dejaron clara la necesidad de que la Unión Europea (UE) mantenga firmeza frente a Rusia y continúe la preparación de posibles nuevas sanciones, a la vez que apoyaron el diálogo para lograr una salida.