Edimburgo - Philip Hammond aseguró ayer que desmantelar las armas nucleares de Faslane, al oeste de Escocia, costaría mucho más tiempo y dinero del que los nacionalistas habían calculado en un principio. De esta manera, el ministro británico de defensa trató de golpear al Ejecutivo independentista en uno de sus puntos más fuertes: el desmantelamiento del programa Tridente que mantiene varios submarinos nucleares con base en aguas escocesas.

Para el gobernante Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés), uno de los pilares de un futuro estado independiente sería deshacerse de ese programa de armamento nuclear. En este sentido, los nacionalistas propusieron que Escocia sea un país libre de armamento nuclear para el año 2020, coincidiendo con el fin la de la vida útil de los submarinos que operan actualmente.

Se trata de uno de los "proyecto bandera" del nacionalismo escocés que cuenta, además, con el apoyo de gran parte de la ciudadanía al norte de la frontera. Ayer, en Glasgow, Hammond trató de disuadir a los empleados de las Fuerzas Armadas de que trasladar los submarinos sería un proceso que exigiría negociaciones "largas y complejas", aseguró.

El ministro de Defensa británico insistió en que cualquier intento de reubicar la flota nuclear supondría un mínimo de 10 años para poder "tener lista la infraestructura y el lugar adecuado". Además, aunque no ofreció ninguna cifra concreta, recalcó que este proceso costaría "miles de millones de libras" y aseguró que el gobierno escocés "tendría que aportar su parte" para sufragar el gasto que supondría trasladar la flotilla nuclear.

Pérdida de trabajo Por otro lado, el ministro de defensa también señaló que la independencia podría poner en peligro los empleos de cientos de ciudadanos. El representante del ejecutivo británico recalcó que "los sucesivos gobiernos nunca se han dotado de barcos construidos fuera de Reino Unido" por lo que la Marina británica crea y mantiene "miles de puestos de trabajo y millones de libras" de inversión.

Desde el SNP calificaron el discurso del ministro de Defensa de "historia de miedo". Según el portavoz de los nacionalistas en el Parlamento de Westminster, Angus Robertson, la independencia dotaría a Escocia de la posibilidad de "conseguir la capacidad marítima que Reino Unido niega". Robertson también recalcó que una marina escocesa propia podría organizar sus necesidades de manera más regional y rechazar lo que no quisiera, "como las armas nucleares".

Veto de la OTAN Las advertencias del ministro de defensa británico llegaron justo un día después de que un grupo de militares veteranos enviara una carta al gobierno escocés advirtiendo de "los enormes problemas prácticos" que deshacerse de las armas nucleares podría tener.

Según estos militares, Escocia necesitaría aliados en los países más grandes y poderosos del mundo, algo que sería difícil de conseguir si se mantuviera la política antinuclear. De hecho, la carta de los veteranos aseguraba que la OTAN "difícilmente" aceptaría a una nación que quisiera librarse de un contingente nuclear que, aseguraron, "protege a Reino Unido y los países de la OTAN en general".

Este extremo fue negado por el propio ministro de defensa para evitar la sensación de que el gobierno intenta imponer más que acordar o negociar. Philip Hammond no quiso ser tan tajante y aseguró que "todo entra dentro de las negociaciones entre ambos países".