KIEV - Los manifestantes prorrusos que desde este domingo controlan la sede gubernamental de Donetsk proclamaron ayer la independencia de ese región ucraniana fronteriza con Rusia, a lo que el Gobierno de Kiev replicó con amenazas de aplicar medidas antiterroristas contra todos aquellos que se alcen en armas. "La República Popular de Donetsk se crea dentro de los límites administrativos de la región", leyó uno de los líderes del autoproclamado Consejo Popular de Donetsk (CPD), que no reconoce a las nuevas autoridades de Ucrania.
Los ocupantes de la sede gubernamental (unas 150 personas, según estimaciones de la policía), anunciaron además la convocatoria de un plebiscito, "no más tarde del 11 de mayo", para refrendar la declaración de independencia. Además, los activistas prorrusos pidieron ayuda militar a Moscú para poder "resistir ante la junta de Kiev". En un mensaje a la nación, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, advirtió de que se adoptarán medidas antiterroristas contra los manifestantes que han tomado las armas en el este de Ucrania para hacer frente a las autoridades centrales.
El mandatario acusó a Moscú de estar detrás de las manifestaciones prorrusas y los asaltos a edificios gubernamentales en el este del país y aseguró que la defensa en la frontera con Rusia fue reforzada. "Lo que hemos presenciado es la segunda ola de la operación especial de la Federación de Rusia contra Ucrania", subrayó Turchínov. Adelantó que la Rada Suprema de Ucrania debate hoy "el endurecimiento de la responsabilidad penal por el separatismo y otros crímenes contra el Estado, y la prohibición de partidos políticos y organizaciones civiles que defienden las posturas separatistas y trabajan en contra de su propio Estado".
"Respeto las distintas posturas políticas, incluidas las de nuestros oponentes. Pero el separatismo y el empleo de las armas contra el propio Estado, algo que amenaza directamente la seguridad y la vida de nuestros ciudadanos, no es política, es un crimen grave. Y contra los criminales actuaremos con determinación", aseveró Turchínov. La ex primera ministra y candidata a la presidencia de Ucrania Yulia Timoshenko se mostró ayer convencida de que los "focos de desestabilización" que se observan en el este del país serán eliminados de "manera pacífica" en cuestión de unos días.
desestabilización Timoshenko hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en Donetsk, donde destacó que estos focos de desestabilización son "artificiales" y no reflejan el sentir de los habitantes de la región. En su opinión, las autoridades de Donetsk afrontan con profesionalidad los intentos de desestabilizar la situación en esa zona. Declaró también que tras las reuniones que mantuvo ayer en Donetsk se siente "más tranquila" sobre el futuro de la región.
"Nadie quiere una guerra", agregó Timoshenko en alusión a una posible intervención militar rusa en las regiones surorientales de Ucrania. Adelantó asimismo que el Gobierno de Ucrania prepara una serie de reformas constitucionales para ampliar las facultades de los ejecutivos locales, que serán formados en las propias regiones y no por orden de Kiev. Entretanto, el diputado Nikolái Rudkovski registró ayer un proyecto de ley para implantar el estado de excepción en las regiones de Donetsk, Járkov y Lugansk, todas ellas en el este de Ucrania.
EEUU duda de la espontaneidad de las protestas. El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, instó ayer a Moscú a desmarcarse públicamente de las protestas en el este de Ucrania, de cuya "espontaneidad" duda Washington.
Rusia pide respetar las aspiraciones del suroeste de Ucrania. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, instó ayer a su homólogo ucraniano, Andrei Deshchitsa, a "respetar las aspiraciones" de las personas que viven en la zona sureste de Ucrania y subrayó que el uso de la fuerza sería "inadmisible".Indemnización por la pérdida de recursos naturales. El ministro de Ecología y Recursos Naturales del Gobierno ucraniano, Andri Mojnik, anunció ayer su intención de pedir una indemnización a Rusia de unos 7.946 millones de euros por la pérdida de recursos naturales tras la anexión de Crimea por parte de Moscú.