Belgrado. Serbia llega a las negociaciones de adhesión a la UE, que comienzan hoy en Bruselas, en medio de rumores sobre elecciones anticipadas y con una economía que no logra levantar cabeza tras años de recesión. La ambición del Gobierno serbio es convertirse en miembro de pleno derecho de la UE dentro de seis años, y el principal reto en las negociaciones será la normalización de las relaciones con Kosovo, un proceso que en 2013 ha dado ya unos primeros resultados importantes.
El analista serbio Predrag Simic declaró que "es difícil prever el plazo" en que Serbia pueda ingresar, y que esto dependerá, además del cumplimiento de los criterios establecidos, "ante todo, del ritmo con el que se irá recuperando la UE de la crisis". El primer ministro serbio, Ivica Dacic, encabezará junto con el viceprimer ministro, Aleksandar Vucic, la delegación serbia mañana en Bruselas, en lo que considera "un día histórico" para el país. "Nuestro objetivo es terminar al final del año 2018 las negociaciones, para que Serbia esté preparada en el sentido político e institucional para ser miembro de la UE. Y que el 2020 seamos admitidos", declaró Dacic ayer.
Recalcó que los logros de Serbia en el diálogo con Kosovo, que se llevan a cabo bajo auspicios de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, fueron cruciales para que la UE decidiera en junio del año pasado abrir las negociaciones de ingreso con su país. Y advirtió de que una eventual interrupción del diálogo con Pristina o una falta de resultados se traduciría en problemas en las negociaciones de ingreso en la Unión Europea.