Beirut. La explosión de un coche bomba en el barrio de Haret Hariek, en el sur de Beirut y feudo del grupo chií Hezbolá, ha dejado al menos cuatro muertos y 65 heridos. La explosión se produjo hacia las 16.15 horas locales y tuvo lugar cerca del restaurante Jawad en la calle Arid, de acuerdo con la versión de la Agencia Nacional de Noticias (ANN). Sin embargo, las cadenas de televisión sitúan el coche bomba en la antigua sede de la televisión Al Manar, portavoz del grupo chií libanés Hezbolá, que había sido destruida por Israel en la guerra de 2006. "Las manos terroristas no hacen diferencia entre los libaneses, solo buscan desestabilizar el Líbano y planifican que haya conflictos entre nosotros", manifestó tras el atentado el primer ministro saliente, Nayib Mikati.

En el lugar de la explosión se escucharon disparos al aire para alejar a los curiosos que se acercaban al lugar, con el objetivo de dejar trabajar a los equipos de salvamento y por temor a la presencia de otro coche bomba. El ministro de Sanidad, Ali Hasan Jalil, pidió a todos los hospitales que recibieran a las víctimas del atentado y a la población que acudiera a los centros sanitarios a donar sangre, según la ANN. El estallido destruyó varios edificios y el vehículo que provocó la explosión quedó reducido a un amasijo de hierros.

El atentado tuvo lugar pocos días después de que, el 27 de diciembre, otro coche bomba matara en el restaurado centro de la capital libanesa al exministro Mohamed Chatah y a varias personas más. El político había destacado por sus críticas a Hezbolá y a su aliado sirio, el presidente Bashar al Asad. Muy cerca de allí fue asesinado, en 2005, el ex primer ministro Rafik Hariri, del que Chatah era un estrecho colaborador. Otro ex jefe de Gobierno, Saad Hariri, y la coalición prooccidental de las Fuerzas del 14 de Marzo acusaron a Hezbolá de estar detrás del atentado contra Chatah, aunque el grupo chií negó su implicación.

Contagio del conflicto sirio La seguridad se ha deteriorado en el Líbano desde el inicio del conflicto sirio, en marzo de 2011, con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los asesinatos y los secuestros. Los atentados contra Hezbolá han aumentado, asimismo, desde que el grupo chií comenzara a enviar milicianos al país vecino para apoyar a Al Asad. De hecho, ayer, el Ejército libanés reforzó su presencia en las regiones fronterizas de Qaa y Ras Baalbeck, en el este del país, después de que varios proyectiles disparados del lado sirio de la frontera cayeron hoy en esa área, informaron fuentes oficiales.

La ANN informó del impacto de varios obuses, pero no detalló si estos causaron víctimas. Tropas libanesas han instalado nuevos puestos y barricadas para impedir el paso de milicianos o de armas entre las fronteras de ambos países, según la emisora La Voz del Líbano. El miércoles, la aviación siria bombardeó otra área en el noreste del Líbano, causando diez heridos, entre ellos uno grave, según la ANN, y también hizo lo mismo sobre la región septentrional de Akkar..

Asimismo, el pasado lunes, las baterías antiaéreas del ejército libanés entraron en acción por primera vez contra aeronaves sirias que bombardeaban una región del noreste del país.