Bilbao. Walter Lombaard llegó a Bilbao hace seis años por amor. Sudafricano de 34 años, recuerda a Nelson Mandela como "un hombre bueno", cuya lucha considera legítima, pero se aleja de la veneración que sienten muchos de sus compatriotas por el primer presidente negro del país. "Recuerdo que algunas personas blancas pensaban de él que era un terrorista, hay otras a las que su figura les era indiferente y otras que le admiraban. Yo creo que era una buena persona, pero no pienso que fuera un santo en el sentido de que no estoy de acuerdo con lo que hizo antes (la lucha armada)", opina. "Como político, me gustó que mirara por todos los sudafricanos. Antes, los blancos solo velaban por los blancos y ahora está pasando que los negros solo velan por los negros. Pero él no, él pensaba en la reconciliación", agrega.
Han pasado más de veinte años desde el final del apartheid, sin embargo, la reconciliación soñada por Mandela aún no ha culminado, según este sudafricano residente en Bilbao: "En diez o quince años la sociedad estará más integrada, pero hoy en día todavía no. Esto es porque los jóvenes de ahora han convivido blancos y negros, en la universidad sin ir más lejos, pero mis padres vivieron los años de la división. Recuerdo que de niño no salía ni un negro en la televisión".
Lombaard recuerda perfectamente el día que Nelson Mandela salió de prisión, el 11 de febrero de 1990. "Hasta entonces no había oído hablar mucho de él. Yo iba a una escuela solo para blancos y allí no hablaban casi nunca de él", apunta. "Recuerdo que aquel día había miedo. Mucha gente pensaba que un francotirador le mataría en cuanto saliera de la cárcel. También había mucha gente blanca que tenía miedo porque veía que las cosas estaban cambiando y sabía que iba a haber un cambio de gobierno. Tenía miedo a la venganza. Otros se pensaban que iba a haber violencia, una guerra civil", cuenta.
De hecho, según Lombaard, todavía hay personas que temen que, con la desaparición de Mandela, surja la violencia y las ansias de venganza hacia los blancos.
Lombaard es muy crítico con la nueva clase política dominante en el país, especialmente con el presidente, Jacob Zuma. "Para mí no es bueno. Ha tenido una denuncia por violación y, para defenderse, dijo ante el juez que era una mujer fácil, que se iba a la cama con muchos hombres. Además, también llegó a decir que tuvo sexo con una mujer seropositiva sin condón, pero que estaba tranquilo porque se había duchado después. Son declaraciones que dan una idea del pensamiento que tiene este hombre y no me gustan", explica. Lombaard cree que los nuevo gobernanantes del Congreso Nacional Africano (CNA) han desvirtuado la lucha de Mandela.
Este sudafricano denuncia un nuevo tipo de discriminación impulsado desde las instituciones "hacia los blancos". "Por ejemplo, si alguien empieza un negocio, si es blanco, necesita tener un socio negro. Si es negro, evidentemente no. Ahora es un poco difícil para los blancos encontrar trabajo, por ejemplo, la Policía no contrata gente blanca". Entre los principales problemas de la Sudáfrica actual, Lombaard coloca, sin duda, la criminalidad.