Nueva York. El descarrilamiento de un tren de cercanías en Nueva York dejó ayer un trágico balance de al menos cuatro muertos y 68 heridos, once de ellos graves, en un accidente ferroviario del que todavía se desconocen las causas. "Lo que sabemos hasta ahora es que cuatro personas han perdido la vida en este fin de semana festivo de Acción de Gracias", dijo ayer el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, quien se desplazó al lugar del suceso, en el barrio de El Bronx.

El accidente ferroviario ocurrió a las 007.22 de la mañana, hora local, cuando un tren de la red de cercanías Metro North, que une la Gran Manzana con los suburbios de la ciudad, descarriló en una curva pronunciada y cayó a orillas del río Hudson. Cinco de los siete vagones descarrilaron a unos 300 metros de la estación de Spuyten Duyvil de la línea Hudson de Metro North, que había salido de Poughkeepsie con destino a Gran Central, según un portavoz de la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA).

En el tren viajaba más de medio centenar de personas y, al menos 68 resultaron heridas, de las cuales una docena se encuentran en estado crítico en distintos hospitales de la zona, según confirmó el gobernador Cuomo.

"Estaba dormido y me desperté cuando el vagón empezó a dar varias vueltas. Entonces empecé a escuchar a la gente gritar", dijo al diario The New York Post Joel Zaritsky, uno de los supervivientes del accidente.

Entre los heridos se encuentran cuatro empleados de Metro North, incluido el maquinista, quien al parecer intentó frenar sin éxito al entrar en una curva muy pronunciada en la que el límite de velocidad son 48 kilómetros por hora. Algunos testigos señalaron a diferentes medios locales que el tren circulaba a mayor velocidad de lo permitido, mientras que el presidente de la MTA, Thomas Prendergast, admitió en una improvisada rueda de prensa que el exceso de velocidad del tren es uno de los motivos que se están investigando.

Por su parte, el jefe del Departamento de Policía de Nueva York, Raymond Kelly, explicó a los periodistas que antes de ser trasladado al hospital el maquinista habló con los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB). "Pasará tiempo hasta saber qué pasó, y si el exceso de velocidad fue un factor determinante es algo que se tiene que investigar", dijo, por su parte, una portavoz de la MTA, quien reveló que la caja negra del tren será entregada a la NTSB.

Hasta el lugar del accidente se trasladaron un centenar de dotaciones de bomberos, de patrullas de policía y de servicios de emergencia, así como varios helicópteros y embarcaciones para buscar algún pasajero que hubiera podido caer al río Hudson.

La MTA anunció que la línea de ferrocarril de cercanías entre Grand Central y Croton Harmon se encontraba suspendida, mientras que se estableció una línea de emergencias para los familiares de los pasajeros. El presidente estadounidense, Barack Obama, fue informado de la tragedia por sus asesores de seguridad nacional, y dijo en un comunicado distribuido por la Casa Blanca que sus oraciones están con los familiares y amigos de las víctimas.

El descarrilamiento amenazaba con complicar un poco más el transporte ferroviario en uno de los fines de semana más complicados del año debido al gran número de desplazamientos que se esperan por la festividad de Acción de Gracias. Este accidente culmina una larga serie de incidentes menores y averías de consideración en los trenes de la MTA durante los últimos meses, incluido otro descarrilamiento muy cerca del lugar de ayer en el que se vio afectado un tren de carga.