Tokio. El Ministerio de Exteriores nipón convocó ayer al embajador de China en Tokio, Cheng Yonghua, para expresarle su malestar por la decisión de Pekín de crear una nueva zona de defensa aérea que comprende las disputadas islas Senkaku. El vicecanciller japonés, Akitaka Saiki, recibió al embajador chino en la sede del Ministerio de Exteriores en Tokio a las 16.30 hora local (7.30 GMT) y le transmitió una protesta formal del Gobierno nipón, informó la cancillería. Durante la reunión con Cheng, Saiki pidió que China dé marcha atrás y no incluya el área que engloba las islas en su zona de defensa aérea.

Cheng le replicó que Japón debería "retirar una demanda tan irracional como esa", ya que el plan de Pekín no está dirigido contra ningún país en concreto y no afectará a la aviación comercial, según explicó el propio embajador chino tras el encuentro, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

No obstante el diplomático chino indicó que ambas partes "deben preocuparse por tomar medidas" para prevenir cualquier suceso imprevisto ya que las zonas de defensa aérea de China y Japón han quedado superpuestas como resultado del plan de Pekín. El Ministerio de Defensa chino anunció el sábado el establecimiento de una "área de identificación de defensa aérea" que incluye las islas Senkaku/Diaoyu, administradas de facto por Tokio y cuya soberanía reclama Pekín.

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, dijo ayer que está "profundamente preocupado" por la decisión de China, que advirtió, puede intensificar las tensiones en la región. "Me preocupa profundamente que (China) pueda cambiar de manera unilateral el status quo en el Mar de China Oriental, empeorar la actual situación y causar incidentes en las aguas", dijo Abe en el Parlamento.

Por su parte, el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, dijo ayer que la decisión de China además de "preocupar" a Japón, inquieta a otros países por lo que pidió "moderación" al gigante asiático. A través de un comunicado, la cancillería nipona explicó que para Japón el área de defensa creada por China "no tiene validez" al englobar parte de lo que considera su territorio.

La tensión en este pequeño archipiélago se disparó en septiembre del año pasado, cuando el Gobierno nipón compró de su propietario nipón tres de los cinco islotes, en una acción que desencadenó violentas manifestaciones en China.