Roma. El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi anunció ayer que pedirá la revisión del proceso Mediaset, por el que fue condenado en Italia a cuatro años de prisión por fraude fiscal, y solicitó el aplazamiento de la votación en el Senado sobre la retirada de su escaño, prevista para mañana.
En una esperada rueda de prensa en la sede en Roma de su partido, Forza Italia, el empresario anunció que obran en su poder doce testimonios, entre ellos siete "completamente nuevos" y algunos que no le fueron aceptados antes de que el Tribunal Supremo le condenara el pasado 1 de agosto, lo que le permitirá pedir esa revisión del caso ante la Corte de Apelación de Brescia (norte). "Tenemos documentos que nos permitirán presentar una demanda de revisión al Tribunal de Apelación de Brescia, que es el juez garantizado por la Constitución", dijo Berlusconi antes de empezar a dar detalles del contenido de los textos, en una comparecencia retransmitida en directo por televisión.
El ex primer ministro no dudó en leer, incluso, alguno de esos testimonios a su favor llegados desde Estados Unidos que confía que le permitirán revisar el caso, y guardó para el final un mensaje directo a los senadores italianos para que aplacen la votación sobre su expulsión de la Cámara Alta por esta condena, para evitar así un hecho que les podría llevar en un futuro a "arrepentirse".
"Pido aplazar el voto del Senado sobre mi expulsión. Si se celebrara sería una mancha imborrable en el expediente del Senado. Que se exprese la magistratura en Italia y en Europa antes de tomar una decisión", afirmó Berlusconi.
Los que gobernaron gracias a él "En caso contrario, asumiréis una auténtica responsabilidad: hacer caer a un líder político que ha sido varias veces primer ministro. Esto pisotearía los principios esenciales de la vida política. Reflexionad antes de tomar una decisión tan grave", añadió. El empresario se dirigió, en particular, a los senadores del Partido Demócrata (PD) del actual primer ministro, Enrico Letta, dispuestos a votar a favor de la retirada de su escaño, pero a quienes pidió un acto de responsabilidad en respuesta a la coalición gubernamental que formaron para sacar al país del bloqueo político.
Consciente de que son pocas las horas que le quedan para evitar una deshonrosa expulsión del Parlamento si se cumple la intención anunciada ya por los grupos del Senado (el PD insiste en que se celebrará mañana miércoles), Berlusconi negó que tenga intención de retirarse de la vida política y añadió ayer una nueva iniciativa para intentar revocar la condena que pesa sobre él.
El ex primer ministro quiere no sólo seguir en la Cámara Alta y que no se aplique la llamada ley Severino del Gobierno de Mario Monti, que impone que se expulse a un parlamentario condenado a más de dos años de cárcel, sino también que quede demostrada su inocencia en el caso Mediaset.
Este caso juzgaba la compraventa de derechos de emisión de películas estadounidenses por valor de 470 millones de euros por parte de Mediaset -el grupo audiovisual de Berlusconi- entre 1994 y 1999 con un supuesto aumento artificial del precio de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.
La solicitud de revisión del proceso que plantea Berlusconi se centra, en particular, en la persona del productor estadounidense de origen egipcio Frank Agrama, considerado socio del ex primer ministro en este caso y condenado a tres años de prisión por ello (condonados por la ley de indultos 241 de 2006).
Los testimonios que Berlusconi pretende plantear para revisar el proceso se centran en negar que il Cavaliere participara en ese fraude fiscal de 17.500 millones de liras en 2000; 6,6 millones de euros en 2001; unos cuatro millones de euros en 2002 y unos dos millones en 2003.
Preguntado por los rumores de que su amigo y presidente de Rusia, Vladimir Putin, de visita ayer en Roma, le vaya a conceder un pasaporte diplomático para dejar Italia, Berlusconi negó esta cuestión. "Es una posibilidad que nunca he considerado. Por lo tanto, no puedo responder. Nunca la he considerado porque deseo que mi inocencia salga a la luz sin cortapisas y, dado que me siento italiano hasta el final, no contemplo ninguna escapatoria. Nunca he buscado ni recibido pasaportes extranjeros". "Seguiré adelante hasta el final con la revisión del proceso y sobre el recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos", afirmó.