londres. El Parlamento escocés aprobó ayer las normas para el referéndum sobre la independencia que se celebrará el 18 de septiembre de 2014 y en el que los ciudadanos tendrán que responder con un 'sí' o con un 'no' a la pregunta: ¿Debería ser Escocia un país independiente?

La Ley sobre el Referéndum de Independencia Escocés ha salido adelante con el apoyo de todos los partidos, dos semanas antes de que el Gobierno de Alex Salmond publique en detalle su plan de secesión, según informa la radiotelevisión pública británica BBC.

La normativa establece un periodo de campaña para la consulta de 16 semanas, así como aspectos técnicos relativos a la supervisión de todo el proceso. Previamente, los diputados regionales ya habían aprobado una ley para ampliar el derecho de sufragio a los ciudadanos de 16 y 17 años.

Salmond y el primer ministro británico, David Cameron, escenificaron en octubre de 2012 el acuerdo de sus respectivas administraciones para que los escoceses pudiesen decidir en referéndum si se convertían en un país independiente a Londres. La viceministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, vaticinó ayer que el debate durante los próximos meses será "apasionado, en ocasiones caldeado", pero reclamó a todos los partidos que defiendan su postura con argumentos constructivos.

"Creo que podemos estar orgullosos de aprobar esta legislación, que dejará el futuro de Escocia en manos de los escoceses", añadió Sturgeon, que instó a los ciudadanos a "aprovechar la oportunidad" y decir 'sí' a la independencia.

El PNA La postura del Partido Nacional Escocés, sin embargo, difiere de la de laboristas y conservadores, que quieren que Reino Unido permanezca tal como está. La tory Annabel Goldie ha dicho que espera que los ciudadanos voten "abrumadoramente" en contra de la "separación".

Las encuestas, de momento, siguen otorgando la mayoría a quienes rechazan la independencia. Un sondeo difundido este mes por la firma TNS BMRB cifra en el 47% la proporción de quienes quieren que Escocia siga siendo parte de la Unión, mientras que sólo un 29% respalda la secesión. Los indecisos representan un 24%, por lo que su voto previsiblemente será clave de cara a la consulta que tendrá lugar en menos de un año.

Las principales suspicacias de los escoceses giran en torno a la viabilidad económica de una Escocia independiente. Un 49% de las mil personas entrevistadas en el sondeo, recogido por la prensa local, han dicho que quiere más información sobre el futuro de la economía y el empleo.