Roma. El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, será llamado como testigo en el juicio que se celebra en el Tribunal de Palermo (Sicilia) para intentar esclarecer si el Estado italiano emprendió una negociación con la mafia siciliana (la Cosa Nostra) en la década de los noventa del Siglo XX. El tribunal admitió hoy la petición de la fiscalía de llamar a declarar a Napolitano como testigo de algunas conversaciones que mantuvo uno de los imputados, el ex ministro de Interior entre 1992 y 1994, Nicola Mancino, con Loris D'Ambrosio, el fallecido asesor jurídico del Quirinal, presidencia de la República.
La Corte ha establecido algunos límites a la deposición del jefe de Estado y ha especificado que sus declaraciones serán "en la medida de que los conocimientos no intervengan en las funciones presidenciales y de confidencialidad".
En los mismos términos también tendrá que declarar el presidente del Senado, Piero Grasso, quien fue fiscal nacional antimafia.