Roma. El ex primer ministro Silvio Berlusconi ha puesto contra las cuerdas al Ejecutivo de coalición que preside Enrico Letta al que amenaza con hacer caer si no es "salvado" por la comisión del Senado que debe decidir la expulsión del líder conservador del hemiciclo, tras su condena por fraude fiscal. El político incombustible, de 76 años, no está dispuesto a salir de la arena política sin hacer ruido y ya ha apuntado como primer objetivo al Consejo de Ministros que celebrará hoy el Gobierno de Letta sobre la posible supresión el impuesto de bienes inmuebles sobre la primera vivienda (IMU), que él siempre exigió.

La supresión del IMU ha sido el caballo de batalla del partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), que gobierna en coalición con el Partido Demócrata (PD) y por tanto exige la total desaparición de esta tasa para que seguir apoyando al Ejecutivo. El verdadero problema, según los analistas, reside en que faltan 2.000 millones de euros para quitar a todos el impuesto en diciembre, además de los 2.400 millones de euros para cancelar definitivamente el de junio que está solo suspendido.

La supresión o no del IMU se ha convertido para el socio del PD en cuestión de Estado, pero a nadie se le escapa que il Cavaliere presiona allá donde puede para recordar su fuerza y capacidad de tumbar gobiernos. Los "dimes y diretes" de la política italiana, con la próxima reunión de la comisión del Senado el 9 de septiembre, ha hecho mella en los mercados y la Bolsa de Milán que últimamente avanzaba a buen ritmo, perdió el lunes un 2%, mientras sube inexorablemente la prima de riesgo.

El pasado sábado, el PDL aseguró que la expulsión de su líder del Senado sería algo "impensable" y "constitucionalmente inaceptable", lo que hace temer que si la Cámara alta vota la salida de il Cavaliere retirarán su apoyo al Ejecutivo de Letta, aunque dentro del partido existen diferentes corrientes, algunas de las cuales parecen más proclives a la mediación. Por su parte, el socialdemócrata Enrico Letta no parece inmutarse ante las continuas declaraciones amenazantes, considera que no hay alternativa a este Ejecutivo y el lunes pasado aseguró que no cedería ante ningún chantaje.

Durante su viaje a Afganistán el pasado domingo, Letta afirmó que arrojar por la borda todo el trabajo hecho "sería una locura" y pidió que prevalezca "el sentido común, lo que significa que no hay que abrir una crisis de Gobierno". "Vuelvo a casa con mayor convicción de que tirar por la borda todo lo obtenido sería una locura", señaló Letta, quien subrayó que quiere "trabajar para que el sentido común prevalezca" y agregó que está convencido de que "entrar en una barrena hija de la irracionalidad no servirá al país". Señaló que obrar con sentido común significa "no ir a una crisis de Gobierno y a unas elecciones, sino trabajar en las justas soluciones".

Al día siguiente, el secretario del PD, Guglielmo Epifani, que es uno de los férreos defensores de que el partido vote a favor de la salida de Berlusconi del Senado, reiteró que su partido no admitía chantajes. Epifani refirió que si el Ejecutivo de Letta cae mientras la tercera economía de la zona euro estaba mostrando sus primeros signos de recuperación tras dos años de recesión, habrá grandes costos para la sociedad y movimiento virulentos en los mercados financieros.

El ex primer ministro Silvio Berlusconi. Foto: AFP

Berlusconi ha apuntado como primer objetivo la supresión el impuesto de bienes inmuebles sobre la primera vivienda