GINEBRA. "Estamos ante una situación extraordinaria y se necesitan medidas extraordinarias", sentenció en una rueda de prensa Valerie Amos, secretaria general adjunta de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios.
Las agencias humanitarias de la ONU pretenden ayudar a 73 millones de personas en el mundo, de los cuales, 6,8 millones se encuentran en el interior de Siria.
Además, se calcula que los refugiados en el exterior procedentes de ese país, sobre todo en las naciones limítrofes, alcanzarán a finales de este año 3,45 millones, que sumados a las personas afectadas en los lugares que les darán cobijo alcanzarán los 5,3 millones.
Las cifras anunciadas hoy por la ONU son una revisión al alza de la requerida a finales del año pasado, ante la constatación de que la situación se ha agravado en la mayoría de países.
De los 12.900 millones solicitados, hasta la fecha se han obtenido 5.100 millones, un 40 por ciento de lo requerido.
"La cifra obtenida hasta ahora ya es histórica, porque es el monto que tradicionalmente recibíamos para todo el año, lo que demuestra que los donantes han sido muy generosos", aseveró Amos.
No obstante, admitió que "aún quedan 8.000 millones por conseguir, y sinceramente, no tengo ni idea de cómo hacerlo".
La alta funcionaria explicó que han hablado con todos los Estados miembros de Naciones Unidas, incluyendo los donantes no tradicionales, para convencerles de la necesidad de que continúen aportando fondos.
Preguntada de forma reiterada sobre qué les dice y cómo pretende convencer a esos eventuales donantes, Amos se limitó a responder que están intentando explicar que "es necesario separar la crisis siria del resto de emergencias, para que éstas últimas no se olviden".
Sin tener en cuenta el conflicto sirio, los fondos pedidos para el resto de emergencias asciende a 8.500 millones de dólares, de los que hasta la fecha se han recibido 3.600 millones, el 42 por ciento de lo solicitado.
Para Siria, la ONU estableció dos llamamientos de fondos: el destinado a cubrir las necesidades en el interior del país, que ahora asciende a 1.410 millones de dólares; y el de asistencia a los refugiados que residen en los países vecinos - Egipto, Irak, Jordania, Líbano, y Turquía- de 2.982 millones.
Hasta el pasado 8 de julio, se habían obtenido 505 millones para el primero, y 1.030 para el segundo, el 36 % y el 35 % respectivamente.
Con un total hasta ahora de 1,7 millones de sirios refugiados fuera del país, la mayor carga la soportan El Líbano y Jordania -dado su pequeño tamaño y su poca población- cuyos gobiernos están pidiendo directamente 800 millones de dólares, un monto no incluido en lo solicitado por la ONU.
Desde enero a abril, el número de personas desplazadas en el interior de Siria se dobló, y se situó en 4,25 millones de los 6,8 que necesitan ayuda.
Con respecto a los refugiados en el exterior, la ONU solicita los 2.900 millones de dólares porque considera que antes de finales de año su número habrá ascendido a 3,45 millones.
Se prevé que Líbano, Jordania y Turquía albergarán más de un millón de refugiados. Otros 350.000 residirán en Irak y 100.000 en Egipto.
Entre los refugiados huidos de Siria hay que contar a 100.000 palestinos que durante décadas vivieron en campamentos dentro de este país.
Además de Siria, otras crisis humanitarias que han empeorado considerablemente en el primer semestre del año, según destaca la ONU, son las de Mali y la República Centroafricana, aunque con respecto al monto requerido para hacer frente a dichas emergencias, se sitúan en los puestos noveno y decimotercero, respectivamente.
Excluyendo los ocho países ya citados, las naciones para las cuales la ONU solicita fondos son Somalia, Sudán del Sur, Sudán, República Democrática del Congo (RDC), Yemen, Kenia, Chad, Afganistán, los Territorios Ocupados Palestinos, Níger, Haití, Burkina Faso, Zimbabue, Mauritania, Filipinas y Yibuti.