El Cairo. El subsecretario de Estado de Estados Unidos, William Burns, se convirtió ayer en el primer responsable occidental en reunirse con las autoridades egipcias tras el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi el pasado 3 de junio. El subsecretario estadounidense se reunió en encuentros separados con el presidente interino, Adli Mansur, el primer ministro de la transición, Hasem al Beblawi, y el jefe del Estado Mayor, Abdel Fattah al Sisi -el hombre fuerte de la cúpula del poder- mientras los islamistas se preparaban para una nueva jornada nocturna de protestas para pedir la vuelta de Mursi a la presidencia. Ayer se cumplía precisamente una semana de la matanza de medio centenar de islamistas frente a la sede de la Guardia Republicana y el Ejército egipcio advirtió a los manifestantes que se encontrarían con "la firmeza y la fuerza" si se acercaban a sus bases.

Burns analizó con las autoridades egipcias la hoja de ruta trazada para esta nueva etapa transitoria y expresó el firme compromiso de su país de ayudar a Egipto en "esta segunda oportunidad" para lograr los objetivos de la revolución y establecer un estado democrático. El pasado día 8, Mansur emitió una declaración constitucional que prevé una reforma de la actual Carta Magna -suspendida por los militares- y estipula un calendario para la celebración de comicios parlamentarios y presidenciales a comienzos del año que viene. El subsecretario estadounidense instó a que esta etapa de transición sea "transparente y no excluya a ningún grupo". Subrayó, asimismo, que Estados Unidos no pretende imponer "modelo alguno" a Egipto ni apoyar a un determinado bando, y que son los egipcios quienes deben "trazar su camino hacia la democracia".

En este sentido, expresó su deseo de que la hoja de ruta de las nuevas autoridades facilite el pronto regreso a un gobierno civil y elegido, al tiempo que destacó la importancia de que la futura Carta Magna sea ampliamente aceptada. Por ello, afirmó que el "diálogo continuo sin excluir a ninguna parte" ayudará a los egipcios a completar la etapa de transición con la reforma constitucional y la celebración de elecciones. El responsable estadounidense señaló que pese a las preocupaciones de su país por los recientes cambios, Estados Unidos confía en que "el periodo transitorio es una segunda oportunidad después de la revolución del 25 de enero para crear un estado democrático que preserve los derechos humanos y permita el bienestar económico".

Llamientos a la calma Burns manifestó que ha comprobado que los egipcios comprenden que la prioridad es acabar con la violencia y la venganza e iniciar un diálogo serio entre todas las partes y todos los partidos políticos. En su intervención, condenó los actos violentos ocurridos en las recientes manifestaciones, así como aquellos perpetrados contra las fuerzas de seguridad en la península del Sinaí.

Además, indicó que han pedido a las Fuerzas Armadas que eviten la detención de cualquier persona por motivos políticos, en alusión a las ordenes de detención contra dirigentes islamistas dictadas por la Fiscalía egipcia. Estados Unidos ha exigido la puesta en libertad de Mursi, a quien los militares mantienen retenido en un lugar desconocido sin presentar cargos en su contra, aunque se desconoce si este asunto fue abordado durante las reuniones de ayer. Mientras, la persecución a la Hermandad Musulmana continúa: el fin de semana, la fiscalía egipcia comenzó a investigar a Mursi por una acusación de espionaje y congeló la fortuna de 14 altos mandos de los Hermanos Musulmanes, a los que acusa de inicitar a la violencia.

Estados Unidos apoya a Egipto con ayudas anuales que rondan los 1.500 millones de dóalres, de los que 1.300 van a los militares. De acuerdo con la legislación estadounidense, el envío de este dinero debería paralizarse si Washington califica de golpe de Estado el derrocamiento de Mursi. Para los simpatizantes del expresidente islamista, lo ocurrido el 3 de junio fue claramente un golpe de Estado militar y protestan desde entonces por la vuelta del único mandatario que consideran legítimo. Seguidores de la Hermandad Musulmana se congregaron ayer en un multitudinario acto en su campamento de protesta ante la mezquita Raba al Adawiya, en Ciudad Naser, en la periferia de la capital egipcia. También los adversarios a Mursi se reunieron ayer en la plaza de Tahrir así como ante el Palacio Presidencial, a unos pocos kilómetros del campamento de protesta de los islamistas.