el cairo. El presidente interino de Egipto, Adli Mansur, formó ayer una comisión judicial para investigar de urgencia los sucesos frente al cuartel general de la Guardia Republicana, en El Cairo, en los que ayer murieron al menos 51 personas. En un comunicado, la Presidencia instó a los manifestantes a que se alejen de "los centros vitales y las instalaciones militares" del país e insistió en que todas las partes deben controlarse para que la seguridad nacional sea la prioridad y para que el periodo transitorio termine lo antes posible.
El presidente egipcio pidió que esta comisión judicial anuncie los resultados de su investigación a la opinión pública. En este comunicado, la Presidencia expresó su "profunda tristeza" por la muerte de víctimas civiles en los sucesos de la madrugada, que según esta institución, se produjeron tras un intento de asaltar la sede de la Guardia Republicana.
derecho de manifestación Además, indicó que manifestarse de una manera pacífica es un derecho de todos los ciudadanos, bajo la protección de los cuerpos del Estado.
Por su parte, el líder opositor a Mursi y premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei exigió una investigación independiente de los enfrentamientos mortales. "La violencia genera más violencia y debería ser duramente condenada", advirtió en Twitter. El único camino para Egipto, dijo, es el de una transición pacífica.
Mientras, Sheij Ahmed al Tayib, el gran imán de Al Azhar, la máxima autoridad musulmana de Egipto, advirtió del peligro de una guerra civil y dijo que se recluirá mientras continúe la violencia. Además pidió una investigación transparente y urgió a las autoridades a formar un comité de reconciliación nacional para frenar el derramamiento de sangre, al tiempo que consideró que la transición no debería durar más de seis meses.
videos y casquillos Por su parte, los Hermanos Musulmanes presentaron ayer vídeos y casquillos de bala con los que pretendían demostrar que los seguidores islamistas recibieron disparos por parte del Ejército en los sucesos de la pasada madrugada en El Cairo, en los que murieron al menos 51 personas.
En una rueda de prensa, dos portavoces de la Hermandad enseñaron a la prensa la munición que supuestamente les habían entregado soldados y oficiales que se negaron a abrir fuego sobre los manifestantes, y mostraron un vídeo en el que se ve a un presunto francotirador sobre un edificio del cuartel general de la Guardia Republicana.
"Este día jamás será borrado. Solo dos veces se ha disparado contra el propio pueblo egipcio: Israel y (el jefe del Ejército, Abdel Fatah) Al Sisi", dijo un portavoz de la Hermandad. A continuación, mostró casquillos de balas que fueron disparados contra los manifestantes islamistas. "Las milicias de (el jefe del Ejército egipcio, Abdel Fatah) Al Sisi quieren convertir Egipto en una nueva Siria. Los servidores de Al Sisi mataron a sus hermanos cuando rezaban", añadió el portavoz.
Por su parte, el director de un hospital de campaña en la plaza de Rabea al Adauiya, cercana a la sede de la Guardia Republicana, Hisham Ibrahim, aseguró en la rueda de prensa que 400 casos fueron atendidos en tres horas en este centro médico. Entre estos casos figuran 150 personas alcanzadas con balas en la cabeza, el pecho, el cuello y los pies, y 200 que recibieron el impacto de perdigones en distintas partes del cuerpo, explicó Ibrahim.