Edimburgo. LOS aspectos económicos de la independencia escocesa volvieron a destacar en la agenda política del país esta pasada semana. El Gobierno presentó su documento económico en el que mandó un claro mensaje a Londres: si no acepta una unión monetaria en la que Escocia e Inglaterra utilizaran la libra esterlina, el nuevo país no se haría cargo de su parte correspondiente de deuda británica.

El Ejecutivo escocés, encabezado por Alex Salmond, pretende así frenar los mensajes en contra de la unión monetaria que los dirigentes unionistas habían mandado en los últimos meses. El propio ministro de Finanzas británico, George Osborne calificó de "improbable" la posibilidad de que, tras la independencia escocesa, ambos países utilizaran la misma moneda. Lo cierto es que Salmond apostó fuerte al condicionar el reparto de la deuda a la "zona esterlina". El "debe" de Reino Unido asciende a un billón de libras. Si asumiera su parte, Escocia aliviaría esa deuda en unos 92.000 millones.

El documento presentado por el Gobierno escocés concluía que "Escocia puede permitirse separarse de Reino Unido" para emprender su propio camino. El texto dejó escrito que "no puede esperarse que Escocia asuma su parte de la deuda británica si Westminster insiste en que el nuevo país no tendría derecho a ninguno de los bienes de Reino Unido". Al respecto, Salmond aclaró que "los bienes financieros incluyen la moneda y mantener la libra sería lógico". El primer ministro escocés aceptó el hecho de que una moneda única limitaría de alguna forma la capacidad de deuda escocesa, ya que sería controlada por el banco de Inglaterra. Aun así, subrayó que "Escocia seguiría controlando completamente los impuestos porque el Banco de Inglaterra no puede imponer ningún veto sobre las tasas".

A este respecto, el documento del gobierno escocés especificó que el nuevo país al norte de la isla impondría un Impuesto de Sociedades tres puntos más bajo que sus vecinos al sur, fuera cual fuera la cifra. Esto supondría un porcentaje del 17% hacia el año 2015, ya que se prevé que el Impuesto de Sociedades británico alcance el 20 % en dos años. Según Salmond "dejaría a Escocia con uno de las tasa más bajas de Occidente, lo que podría impulsar la economía".

Desde la oposición, el portavoz de la campaña unionista Better Together (Mejor Juntos), Alistair Darling, puso Europa como ejemplo para destacar las desventajas de una "zona esterlina". Según advirtió, "Salmond puede decir que puede hacer lo que quiera tras la independencia, pero no es así si se crea una unión monetaria. Solo hay que ver la eurozona: las tasas, la deuda, el gasto? todo está regulado comunmente". Darling añadió que "de ninguna manera Reino Unido dejaría recortar el Impuesto de Sociedades en Escocia". Sin embargo, los empresarios dieron la bienvenida a promesa del Gobierno. David Watt, portavoz del Instituto de Directores de Escocia, recalcó que "es una ventaja atraer los cuarteles generales de las empresas. De hecho, pagan los impuestos en el propio país, si son los suficientemente bajos".

El documento publicado por el Gobierno escocés hizo especial hincapié también en las fortalezas de su economía más allá de la banca o el petróleo. De esta manera, recalcó que el nuevo país podría salir a flote gracias a sectores como el turismo, la ciencia o la exportación de comida y bebida. La excesiva dependencia económica que Escocia podría tener del petróleo tras la independencia es una de las bazas principales que utilizan los unionistas para destacar la inviabilidad de la separación.

UN SIGLO MÁS DE PETRÓLEO Sin embargo, al informe económico realizado por el gobierno hay que añadirle las declaraciones que realizó el ministro de energía escocés, Fergus Ewing, sobre la capacidad económica del país. En el Estado estadounidense de Texas, donde se celebró hace unos días una conferencia sobre petróleo y gas, el responsable energético del Gobierno escocés aseguró que, si se utilizan los métodos adecuados, el petróleo del mar del norte podría durar "hasta finales de siglo". Ewing se refirió concretamente al campo de petróleo de Clair Ridge del que aseguró que "según BP tiene potencial hasta el 2055. Desde mi punto de vista, la producción continuará hasta el año 2100". Lo cierto es que, según un informe, el Mar del Norte, aguas que pertenecerían a una Escocia independiente, seguiría produciendo hasta el 70 % de las reservas de gas y petróleo en el año 2040.