parís/londres. Un conocido intelectual de la extrema derecha francesa, muy activo en su oposición a la legalización del matrimonio homosexual o a la inmigración, se suicidó hoy de un disparo en la boca ante el altar de la catedral de Notre-Dame de París, abarrotada de turistas a primera hora de la tarde.
Dominique Venner, de 78 años, dejó varios mensajes explicando su gesto, que están siendo analizados por los investigadores, según indicó el ministro del Interior, Manuel Valls, que se trasladó al templo inmediatamente para mostrar su solidaridad "con la comunidad cristiana". El ministro, que consideró que el acto no tenía precedentes y que confirmó que los 1.500 turistas que había en el templo fueron evacuados, se negó a hacer ninguna lectura política del suceso a la espera de las investigaciones.
"Gesto político" Todo lo contrario que la extrema derecha, que aseguró que el gesto de Venner tenía un carácter "eminentemente político", según un mensaje de Twitter de la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen. "Todo nuestro respeto para Dominique Venner, cuyo último gesto, eminentemente político, pretendía despertar al pueblo de Francia", señaló Le Pen.
El eurodiputado ultraderechista Bruno Gollnisch fue más lejos y consideró el suicidio de Venner un "gesto dramático de protesta contra la decadencia de nuestra sociedad". Amigo personal del intelectual, Gollnisch recordó la oposición de Venner a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que consideró como "un avance de la decadencia".
El matrimonio homosexula también da disgustos al otro lado del Canal. El primer ministro británico, David Cameron, escribió un email dirigido a las bases de su partido conservador, ante los temores de división que han surgido en los últimos tiempos. Cameron señala en el texto que no permitirá que algunos miembros del partido ridiculicen las iniciativas en las que trabajan miembros de su círculo de gobierno. De esta manera, el primer ministro responde a los rebeldes del ala más a la derecha del partido el lunes volvió a haber una revuelta en una votación sobre el matrimonio homosexual y que ya le habían dejado en evidencia al premier en una votación en el Parlamento sobre su política europea, que rechazaron porque no incluía sus exigencias de un referéndum para salir de la Unión Europea.