Islamabad. "Hemos arrestado y denunciado por asesinato al padre, a tres hermanos y a un tío de la fallecida", precisó un responsable policial, Mohamed Khalid, adscrito a una comisaría cercana al barrio de Bari Imam, donde ocurrieron los hechos el pasado día 12.

"Al parecer, la joven tenía una relación no consentida por la familia, así que decidieron quitarle la vida para evitar que su honor quedara manchado. La estrangularon y luego simularon que se había ahorcado ella misma", relató Khalid.

Según el diario Dawn, fue el tío quien informó a la policía de que la joven se había suicidado y cuando los agentes aparecieron en el domicilio, el cadáver ya había sido limpiado y preparado para ser enterrado.

Los familiares dijeron que se había ahorcado y que no había "nada sospechoso" en el incidente, aunque la Policía constató que la ropa que vestía la fallecida en el momento de morir había sido lavada, tras lo cual los agentes decidieron realizar una autopsia.

El examen forense, según el rotativo, reveló que la joven estaba embarazada de cuatro meses, y aparecieron diversas evidencias de que la muerte había sido fruto de un homicidio violento y no de un suicidio.

Los interrogatorios a vecinos y allegados desvelaron que la fallecida tenía una relación con un vecino tres años más joven que ella y que, tras descubrirlo, la familia de ella intentó casar a la pareja, pero la familia del novio se negó.

Tras pasar unos días huida de casa, la joven volvió a su hogar, donde fue asesinada al día siguiente.

Los llamados "crímenes de honor" son muy habituales en el sur de Asia y suelen implicar a varones de una familia que "vengan" lo que consideran una afrenta que contraviene la estricta moral familiar de las sociedades locales.

Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), casi un millar de mujeres -cien de ellas menores- murieron el año pasado en el país por este tipo de crímenes, aunque el organismo alerta de que el número puede ser mayor porque muchos casos pasan desapercibidos.

La mayoría de las víctimas, más de 600, fueron asesinadas tras ser acusadas -a menudo sin pruebas- de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y casi 200 murieron por haberse casado sin el consentimiento familiar.