PEKÍN. Borrosos recuerdos de su infancia, unidos a la popular herramienta cartográfica de Google, han permitido a Luo Gang, de 28 años, reencontrarse con su familia de Sichuan (centro del país), después de haber vivido con unos padres adoptivos en Fujian (sureste), a 1.500 kilómetros de donde nació.

Luo, que había buscado durante años a su familia original, recordaba que su pueblo natal tenía dos puentes, y con ese detalle y poco más dibujó un tosco mapa del lugar donde vivió de pequeño, que publicó en una web china dedicada a reunir familias cuyos hijos fueron secuestrados.

El bosquejo permitió a voluntarios de esa web sugerir a Luo varios pueblos de China que podían ser aquél lugar donde fue secuestrado, y el joven se dedicó a buscarlos todos en Google Maps.

Finalmente, cuando Luo examinaba uno de ellos, llamado Yaojiaba, sus recuerdos afloraron, no le quedó duda alguna de que ése era su pueblo de la infancia, y viajó a él, donde tuvo un emotivo reencuentro con sus padres y abuelos que fue mostrado por el canal televisivo Hunan TV.

"Cada vez que pensaba en mi hijo no podía dejar de llorar, imaginando que podría estar pasando hambre o no tener suficiente ropa", señaló a los periodistas la madre de Luo tras reunirse con él.

Éste contó que su familia adoptiva le ha tratado muy bien, pero que siempre abrigó la esperanza de encontrar a sus padres biológicos: "Cada día, antes de ir a la cama, intentaba rememorar mi vida en la antigua casa, para no olvidarles", señaló.

Cada año, miles de niños son secuestrados en China por mafias que los venden a parejas que no pueden tener hijos o quieren asegurarse de criar un varón. También se dan casos de grupos criminales que venden a estos menores como esclavos en fábricas.

La Policía china desmantela cada año decenas de estas mafias, que en ocasiones también se dedican al secuestro de mujeres para concertar matrimonios, pero este tipo de delitos son aún frecuentes, especialmente en áreas rurales del interior del país.