el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, más conocido como el Frente Polisario, conmemora hoy viernes en los campamentos de refugiados de Tinduf sus 40 años de lucha por la independencia del Sáhara Occidental.

Cuatro décadas de sinsabores y derrotas contra la autoridad del régimen español de Francisco Franco, que abandonó el Sáhara Occidental en 1975, y contra el dominio de Marruecos, que tras la retirada de las fuerzas españolas se anexionó este territorio desértico del África occidental.

"Conmemoramos el resurgimiento de la identidad saharaui después de un siglo de colonización, el renacimiento de la personalidad del pueblo saharaui: el último pueblo africano en tomar las armas para conseguir el ejercicio de su derecho a la autodeterminación y la independencia", asegura el embajador saharaui en Argelia, Brahim Ghali.

En estas cuatro décadas, el Polisario ha tenido a su frente dos secretarios generales, Mustafa Seyid el Uali, muerto en 1976, y Mohamed Abdelaziz y por la parte marroquí, dos reyes, Hasan II y Mohamed VI, han gestionado desde Rabat el conflicto, armado hasta el alto el fuego acordado en 1991 y diplomático desde entonces.

Asimismo, tres enviados especiales de la ONU, James Baker (1997-2004), Van Walsum (2005-2008) y Christopher Ross desde 2009, han mediado infructuosamente en el conflicto desde la creación de la Misión de Naciones Unidas para la organización de un Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso) en 1991.

sacrificios y logros Ghali, que considera que no se puede comparar el momento actual con la situación de hace 40 años, subraya que en el largo camino "de sacrificio, lucha y determinación", los saharauis han conseguido numerosos logros en las esferas educativa, sanitaria, institucional, política o militar.

El antiguo ministro de Defensa de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), proclamada por el Frente Polisario el 27 de febrero de 1976 coincidiendo con la retirada definitiva de España, señala que más de 80 países han reconocido a la RASD. "Hoy, la causa del pueblo saharaui, su lucha y sus aspiraciones se conocen a nivel internacional en los cinco continentes", agrega.

En estos años, las conversaciones entre Rabat y el Polisario, marcadas por el anclaje de ambos en unas posturas que parecen irreconciliables, han vivido momentos de relativo acercamiento y de profunda tensión.

Marruecos se muestra dispuesto únicamente a conceder una amplia autonomía al Sáhara Occidental, mientras que el Polisario insiste en su derecho de celebrar un referéndum de autodeterminación en el que los saharauis puedan decidir sobre su independencia.

"El pueblo saharaui está más que nunca apegado a sus legítimos derechos a la autodeterminación y a la independencia", afirma Ghali antes de indicar que los saharauis "en los territorios ocupados (Marruecos) están dispuestos a continuar su resistencia pacífica, protestando contra el ocupante, la represión y los expolios de los recursos naturales".

Sin embargo, Ghali, que insiste en la naturaleza pacífica de su pueblo, advierte de que "mientras exista la ocupación en el territorio del Sáhara Occidental esa posibilidad (de recurrir a las armas) estará presente. Se utilizará hoy, mañana o pasado o no se utilizará si avanzan las negociaciones".

A lo largo del camino, otros actores han jugado y juegan un papel clave en las negociaciones de paz: España por la colonización del Sáhara Occidental, Francia, antigua potencial colonial en Marruecos, y Argelia, principal baluarte de la causa saharaui y país que acoge los campamentos de refugiados.

Para Ghali, la postura argelina atraviesa su mejor momento, mientras que la de París (principal apoyo de Rabat) "no ha cambiado" y la de Madrid ha supuesto siempre "una frustración".

"La política española nos ha frustrado siempre, desde el abandono del 75 hasta hoy. No se espera gran cosa de la política española respecto al Sáhara Occidental", dijo Ghali antes de preguntarse: "¿Por qué todos los partidos políticos al estar en la oposición apoyan la causa saharaui y al llegar a La Moncloa cambian?".

el papel de naciones unidas La última tensión del intrincado conflicto estalló con la prolongación del mandato de la Minurso el 25 de abril.

Estados Unidos propuso en un primer momento un borrador para incluir la supervisión de los derechos humanos como parte de la misión de Naciones Unidas, pero a última hora dio marcha atrás, ante la oposición de varios países, entre ellos Francia.

Rabat interpretó esta rectificación como una victoria, lo que provocó los ánimos de numerosas asociaciones saharauis que protagonizaron varias protestas en El Aaiún que desembocaron en enfrentamientos con agentes del orden marroquí.

Para Ghali, el rechazo de Marruecos a dicha supervisión demuestra que oculta a la opinión pública "la represión, las desapariciones, el expolio de los recursos y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos desde el 31 de octubre de 1975", el día en el que el reino alauí invadió el Sáhara Occidental.