londres. Un fuerte control de la inmigración es la pieza central del programa del Gobierno británico de David Cameron para el próximo curso legislativo, según el discurso que leyó ayer la reina Isabel II en la Cámara de los lores del Parlamento. Como cada año, la Reina, de 87 años, acudió al Parlamento en carroza, acompañada por el duque de Edimburgo, para leer ante lores y diputados el discurso que preparó el Ejecutivo de coalición entre conservadores y liberaldemócratas, que en esta ocasión contiene trece proyectos de ley y dos borradores. Entre otras medidas el conservador Cameron promoverá facilitar la deportación de los delincuentes extranjeros, sancionará a los caseros que alquilen viviendas a inmigrantes ilegales y limitará el turismo sanitario.
De blanco y con corona imperial, Isabel II cumplió ayer con el protocolo al pedir a un emisario desde el trono de los Lores que llamara a los comunes -diputados- para que escucharan su discurso.
Tras recorrer el largo pasillo que separa las dos cámaras, el emisario llamó con tres golpes a la puerta de los Comunes para comunicar a los diputados el llamado de Isabel II.
Una vez todos en la cámara alta, la reina leyó en apenas siete minutos los principales objetivos del Gobierno, que incluyen impulsar el crecimiento económico y crear una "sociedad justa".
En un acto sin precedentes, el príncipe Carlos, heredero al trono británico, estuvo presente en el Parlamento con su mujer, la duquesa de Cornualles, en lo que fue la primera vez que asisten juntos a este importante evento institucional.
Cuando faltan dos años para las elecciones generales de 2015, el programa, marcado por la ausencia de importantes proyectos de ley, pone énfasis en la inmigración, en un intento por contrarrestar el avance del antieuropeo y antinmigración Partido Independencia del Reino Unido (UKIP) en los recientes comicios locales en Inglaterra.
batería de medidas Entre la batería de medidas contenidas en este proyecto figura facilitar la deportación de delincuentes extranjeros y obligar a los caseros a verificar la situación de inmigración de sus inquilinos, mientras se reforzarán las multas a las empresas que contraten ilegales y se limitará el acceso de los extranjeros que vengan al Reino Unido para recibir asistencia de la sanidad pública. El proyecto incluye también impedir que los inmigrantes ilegales obtengan el permiso de conducir, utilizado como forma de identidad junto con el pasaporte en el Reino Unido, al no haber carné de identidad.
Otro pieza legislativa es la reforma de las pensiones, que permitirá a los jubilados cobrar una pensión única semanal de 144 libras (167 euros), en lugar de las actuales 107 libras (124 euros), que se redondea con otros pagos por diversos conceptos. Asimismo coloca en 2026 el año en que la edad de jubilación se elevará a los 67. Las pensiones son actualmente variables y la edad de jubilación es de 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.
Entre otras, el Gobierno se ha comprometido a trabajar a favor de la permanencia de Escocia en el Reino Unido y a defender la voluntad de los territorios de ultramar a decidir su futuro, según el discurso, en el que se mencionó a las islas Malvinas y Gibraltar.
Esta referencia está vinculada al referéndum celebrado el pasado marzo en las Malvinas, en el que casi el 100% de la población votó a favor de conservar la soberanía británica, frente a las reclamaciones territoriales de Argentina.
El Gobierno británico también quiere combatir la evasión fiscal, apoyar a los países de Oriente Medio y norte de África y respaldar proyectos de infraestructura para crear empleo, como la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Birmingham y Leeds.