Pekín/Washington. El Ejército chino negó ayer las acusaciones de la administración norteamericana de haber perpetrado una serie de ciberataques en ese país, y las consideró irresponsables y carentes de cualquier sentido. Las acusaciones carecen de fundamento y afectan a la atmósfera de colaboración entre ambos países, dijo ayer en Pekín la portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying. China está en contra de toda forma de ciberataque y busca un diálogo constructivo con Estados Unidos. También el Ejército chino reaccionó indignado y calificó las acusaciones de "irresponsables". "Aun cuando en general se sabe que el origen de los ciberataques no puede determinarse solamente mediante la dirección de protocolo de Internet, algunos en el Pentágono prefieren seguir creyendo que vienen de China porque siguen teniendo un sentimiento de rivalidad", citó ayer la agencia oficial de noticias Xinhua al investigador Wang Xinjun de la academia militar del Ejército chino.

Horas antes, Washington había acusado directamente a Pekín de ser responsable de los ciberataques contra su gobierno, en un informe anual del Pentágono sobre las capacidades militares chinas. "En 2012 una gran cantidad de sistemas informáticos en todo el mundo, incluyendo los que pertenecen al gobierno de Estados Unidos, continuaron siendo blanco de intromisiones, algunas de las cuales aparentemente son atribuibles de forma directa al gobierno y Ejército chinos", indica el informe. Asimismo, señaló que China utiliza sus capacidades para "recopilar información de inteligencia contra sectores diplomáticos, económicos y de la industria de defensa que apoyan los programas nacionales de defensa de Estados Unidos" y advierte que podrían ser usados por Pekín en beneficio de su propia industria de defensa. En febrero una empresa de ciberseguridad de Estados Unidos acusó a una unidad del Ejército de China de ser un importante hacker de sistemas informáticos estadounidenses. Funcionarios estadounidenses manifestaron una creciente preocupación por esta amenaza. Sin embargo, en ese momento el Ministerio de Relaciones Exteriores chino también rechazó los cargos, que calificó de "infundados". Los hackers son un problema mundial y China también es víctima de ellos, dijo el jefe de gobierno Li Keqiang, quien añadió que su país no sólo no respalda los ciberataques sino que además los rechaza.

armas, periódicos o coca-cola Entre quienes se han visto afectados en Estados Unidos por esos ataques se encuentran consorcios de armamento como Lockheed Martin, Google y su servicio de email Gmail, la empresa de tecnologías de la información RSA, Coca-Cola, la cámara de comercio estadounidense o los diarios The Washington Post, The New York Times o The Wall Street Journal. Incluso la Casa Blanca reconoció el pasado otoño injerencias en su red de comunicaciones, posiblemente procedentes de China. Preocupación causó también el ciberataque a la empresa Telvent, que desarrolla sistemas de acceso para el control a distancia de válvulas e interruptores en oleoductos y conductores de energía.

La firma de seguridad estadounidense Mandiant declaró en febrero que halló el origen de una parte de los ciberataques en un departamento especial del Ejército chino asentado en Shanghai. Desde hace tiempo que Estados Unidos pide a China que investigue las acusaciones y ponga fin a estas actividades. Los ciberataques también fueron un tema de conversación entre el presidente estadounidense Barack Obama y Xi Jingping, después de que éste fuese nombrado nuevo jefe de Estado de China. EE.UU. y China mantienen una guerra económica larvada en la zona de Asia-Pacífico donde han colisionado sus intereses expansivos llegando incluso a pequeñas escaramuzas militares. La presión que Pekín y Washington se ejercen mutuamente se está incrementando paulatinamente, despacio pero sin pausa. Y este podría ser un nuevo capítulo del enfrentamiento entre ambas potencias.