londres. La controversia continuó ayer durante una sesión especial del Parlamento en su honor convocada en plenas vacaciones de Pascua por el ministro David Cameron. Cameron defendió durante la sesión el legado político de la dama de hierro, alegando que sacó al país de la crisis de la posguerra. "Fue una extraordinaria mujer" y muchas de sus decisiones controvertidas cuando las adoptó son hoy aceptadas más allá de las diferencia de los partidos políticos, consideró. Sin embargo, el opositor líder del partido laborista, Ed Miliband, recordó a la actitud crítica de Thatcher con el ex presidente sudafricano Nelson Mandela, después Premio Nobel de la Paz. Miliband recordó cómo Thatcher calificó al partido CNA de Mandela como la "típica asociación terrorista". "Nunca estuve de acuerdo con lo que hizo pero respeto lo que su muerte significa para las muchas personas que la admiraban y honro sus logros personales", dijo Miliband. Anteriormente, la propia convocatoria de la sesión había desatado numerosas críticas.

David Winnick, parlamentario laborista desde 1979, sostuvo que Thatcher mantuvo una "brutal indiferencia ante el sufrimiento de la gente", mientras que la actriz Glenda Jackson, de 76 años, aseguró que el "thatcherismo" castigó a las clases bajas y olvidó "valorar a cada ser humano como individuo".

También han aumentado las voces que piden que la ex primera ministra no tenga un funeral con honores militares financiados por el Estado, en consonancia con su política de recortes de gastos públicos impuesta durante sus años de gobierno.

Y es que su figura divide al Reino Unido. Mientras algunos consideran que salvó la economía del país y restauró su posición dominante tras la guerra de las Malvinas, otros la ven como una persona destructiva y sin corazón y la acusan de haber desmantelado la industria minera y de haber disparado el desempleo.