PARÍS. "Nunca ha pedido que se le trate mejor que a nadie, pero tampoco que se le trate peor", declaró hoy en los micrófonos de "RTL" su abogado, Thierry Herzog.

Sarkozy, que hasta ahora mantenía el estatus de "testigo asistido", compareció ayer ante el Palacio de Justicia de Burdeos durante cerca de nueve horas en las que mantuvo un careo con cuatro empleados de la multimillonaria heredera del imperio de cosméticos L'Oréal.

Al término de la sesión, Sarkozy pasó a estar imputado, y de confirmarse los hechos, podría ser condenado a tres años de cárcel, 375.000 euros de multa y cinco años inhabilitación.

El presidente del partido de Sarkozy Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, declaró hoy en la cadena "France 2" que habló ayer por teléfono con el expresidente y que éste dice sentir "incomprensión".

"Como ustedes pueden imaginar, él mismo tiene un sentimiento de incomprensión", señaló Copé.

El juez de instrucción, Jean-Michel Gentil, investiga si Sarkozy pudo aprovecharse de los problemas mentales de la mujer más rica de Francia, de 90 años hoy, quien sufre una "demencia mixta" y mal de alzhéimer en un "estado moderadamente severo" desde 2006.

Las suposición de que pudo beneficiarse de Bettencourt parte del testimonio de la antigua contable de la anciana, Claire Thibout, quien en 2010 declaró a la policía que, tres años antes, el administrador de la familia, Patrice de Maistre, le pidió 150.000 euros en efectivo para entregárselos al entonces tesorero de la campaña electoral, Eric Woerth.

La sospecha se reforzaba por el hecho de que, según daban a entender agendas confiscadas en el despacho y el domicilio de Sarkozy, este se reunió varias veces con Bettencourt y mantuvo otras tantas citas con otros protagonistas del caso en fechas clave del mismo.

El caso se destapó por casualidad dentro de una investigación paralela por una disputa familiar llevada a los tribunales por la hija de Bettencourt, Françoise Meyers, y Sarkozy es la decimoséptima persona imputada en el mismo.

Este caso ha convertido a Sarkozy en el segundo presidente francés que comparece ante la Justicia tras salir del Palacio del Elíseo. Su antecesor, el también conservador Jacques Chirac, fue condenado en 2011 a dos años de cárcel exentos de cumplimiento por un caso de corrupción y financiación ilícita de partidos.