eL nombre del Papa Francisco no va seguido de la conocida numeración ordinal que acompaña al nombre de otros pontífices, tal y como confirmó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. En otras palabras, el nuevo Pontífice se llama Francisco a secas, y no lleva el número I ya que no hay ningún Papa con el mismo nombre.
Si un Papa posterior eligiera el mismo nombre, convirtiéndose en Francisco II, Bergoglio pasaría a la historia como Francisco I. La situación es comparable a la del Papa Juan Pablo, quien cuando fue sucedido por Juan Pablo II, pasó a ser llamado Juan Pablo I, explicó Lombardi. La elección del nombre despertó comentarios desde las primeras horas en que se conoció la noticia, pues la preferencia de un seudónimo raramente es accidental, y su análisis puede dar pistas sobre hacia dónde quiere dirigir el nuevo Pontífice su reinado.
En general, los Papas suelen elegir su nombre para homenajear a un Pontífice al que se sientan unidos. "Es algo muy personal", explicó el profesor de Historia de la Iglesia Contemporánea de la Universidad de Navarra, Santiago Casas. En el caso de Benedicto XVI, esta decisión se debió a que tenía "un gran aprecio a San Benito, aunque luego se haya dicho que también fue porque Benedicto XV había sido el Papa de la Paz", indicó Casas.
Mientras algunos medios internacionales apuntaron a que Bergoglio quiso homenajear a Francisco de Asís, otras voces dentro de la Iglesia hablaban de Francisco Javier, miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús, congregación a la que pertenece el nuevo Papa, y aunque el propio Papa no se ha pronunciado, parece que las dudas quedaron despejadas ayer cuando el cardenal estadounidense Timothy Dolan aseguró que el nuevo Pontífice adoptó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís por "su sencillez y su dedicación a los pobres".
En efecto, San Francisco de Asís es un santo italiano fundador de la orden de los franciscanos y de la orden femenina de las clarisas, ambas caracterizadas por sus votos de pobreza y austeridad. La austeridad formó parte de la vida de este santo, canonizado en 1228 por Gregorio IX, razón por la que se le conoce como el santo de los Pobres. Hijo de un comerciante rico, fue encarcelado a causa de un altercado entre dos ciudades, un momento en que en el que quiso renunciar a los bienes de su padre y predicar la vida sencilla. Mientras que el profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, Javier Otaduy, apunta a que el Pontífice ha querido subrayar "la espiritualidad profunda" del santo, es probable que el nuevo Pontífice se haya visto reflejado en la vida austera de San Francisco de Asís. Desde su posición de cardenal en Buenos Aires, Bergoglio dedicó palabras y pensamientos hacia pobreza y cabe citar un discurso donde, de la crisis y el aumento de la penuria, dijo que estaban "inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado (...) en detrimento de la dignidad de las personas". Además, tiene fama de austero. Como ejemplo, cuando Juan Pablo II lo nombró cardenal, decidió heredar las ropas de su predecesor en lugar de mandarse hacer unas nuevas.