El problema, que empezó este fin de semana con el descubrimiento de los primeros cadáveres en la aldea de Maogang, en el distrito suburbano shanghainés de Songjiang, se ha extendido ya también a los distritos de Fengxiang, también rural, y Minhang, más cerca del centro urbano, ambos atravesados por el Huangpu.
Sólo en Songjiang se retiraron hasta la tarde del martes 5.916 cerdos muertos, una cifra que se espera que siga aumentando, según recoge hoy el diario oficial "Shanghai Daily", pues los casos en Minhng y Fengxian han sido denunciados por los vecinos en Internet pero las autoridades aún no han informado de ellos.
A la espera de confirmar las causas del enorme número de carcasas de cerdo en las aguas del Huangpu, las autoridades locales niegan que se trate de una epidemia porcina, pese a que el lunes se detectó en el río la presencia de un circovirus porcino potencialmente letal para los animales -aunque no contagiable a los humanos- y el martes se recogieron vísceras de un cerdo enfermo por ese virus.
En Shanghái se toman muestras cada hora del agua del Huangpu en el tramo de Maogang, con un radio de un kilómetro, para garantizar que el agua corriente que llega a los grifos de la población es aún potable.
En los últimos días vecinos y autoridades locales de las áreas de la provincia oriental de Zhejiang, limítrofe con Shanghái, que parece ser el origen de casi todos los animales muertos, aseguraron que es habitual que todos los inviernos mueran miles de cerdos de puro frío.
Con todo, algunos expertos creen que esa explicación es muy improbable, y temen que en realidad haya una epidemia porcina.
En Zhejiang, las autoridades insistían el martes en que los criadores de la zona, sobre todo en torno a la ciudad de Jiaxing, la más cercana a Shanghái, tienen "demasiados cerdos" y que mueren miles cada invierno, por lo que, pese a sus esfuerzos para que sean enterrados o incinerados, a menudo los campesinos los echan al agua.
Según las autoridades de Zhejiang, en años anteriores surgió todo un negocio ilegal de bandas que se dedicaban a recoger y vender en el mercado la carne de los cerdos muertos, hasta que hace unos meses la Policía local efectuó varias redadas para proteger la salud pública.
En una de ellas, cerca de Jiaxing, se detuvo a doce sospechosos, a los que se confiscaron 12 toneladas de carne de cerdo con colorantes para disimular su mala calidad.
El jefe de otra de las bandas involucradas en ese negocio había procesado y vendido carne de 78.000 cerdos enfermos o muertos desde 2008, originarios de Jiaxing y de las provincias orientales de Jiangsu y Shandong, por lo que fue condenado a cadena perpetua.
Como consecuencia de la ausencia de bandas que compren ahora esos restos tras las redadas, este año los campesinos locales se deshacen de ellos en el río mucho más a menudo de lo habitual.
"Los cerdos muertos aparecieron intactos el primer día en que fueron abandonados, pero sus patas desaparecieron al día siguiente", dijo ayer un vecino de Jiaxing al diario local "Jiaxing Ribao": "no sabemos quién las cogió ni adónde han ido a parar, pero sería horrible si al final esa carne llegara a nuestras mesas".
En Shanghái el secretario general de la Comisión Municipal de Agricultura local, Shao Qiliang, cuyo organismo localizó el circovirus porcino, admitió ayer que "casi todos los años retiramos cerdos muertos (del río) desde Jiaxing, y solía haber unos 200 al año, pero esta vez el número es particularmente alto".