edimburgo. Los principales partidos políticos en Escocia presentaron esta semana versiones muy distintas del mismo documento. Mientras desde la oposición, laboristas, conservadores, y liberaldemócratas, acusaron al gobierno de ocultar la incertidumbre económica que se crearía tras la independencia, el gabinete de Alex Salmond, insistió en que el país crecerá tras separarse de Reino Unido.
Todo ello a cuenta de la filtración de un informe de la Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) en el que se advertía de que, si se consiguiera la independencia, el país podría tener dificultades para mantener el gasto público, afectando directamente a las pensiones y las prestaciones por desempleo. En la redacción del informe tomó parte también el Ministerio de Finanzas del propio ejecutivo escocés lo que llevó a la oposición a acusar a los nacionalistas de "defender una cosa en público y la contraria en privado". Según el documento, fechado hace un año, Escocia hará frente a un déficit de 28.000 millones de libras debido a la caída de las reservas de petróleo en el Mar del Norte. En el informe, el ministro de Finanzas escocés, John Swinney, dejó claras sus dudas asegurando que no está claro que "Escocia pueda hacer frente a pagos como las pensiones o el desempleo, siendo tan dependiente de las volátiles, y cada vez menores, reservas de petróleo".
El documento analiza pormenorizadamente los distintos ángulos de la economía y determina que Escocia se enfrentaría a una "incertidumbre sobre su capacidad de gasto". De esta manera, el nuevo estado tendría que hacer frente, entre otros, al pago de la parte correspondiente de la deuda global británica, que en el año 2016, en el que se declararía la independencia, podría ascender a más de cinco mil millones de libras esterlinas. A su vez, advierte de que, en caso de conservar la moneda única junto al resto de Reino Unido, las políticas económicas del nuevo gobierno tendrán adaptarse al acuerdo alcanzado con Londres.
INFORME DESFASADO El gobierno liderado por el Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) salió al paso asegurando que el informe es de hace un año y "ha sido superado claramente por los acontecimientos". A su vez, anunció sendos informes propios en los que se analizará la situación del gasto público, las pensiones y las previsiones en torno a la evolución del petróleo y el gas de las reservas del Mar del Norte. El propio primer ministro, Alex Salmond, anunció que en pocos meses se harán públicos.
Desde el gobierno escocés, dejaron claro que las cifras del informe de la OBR estaban desfasadas. Mientras este organismo auguraba en el documento que el precio del barril de petróleo en 2016 será de 92 dólares, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señala a día de hoy que cada barril alcanzará los 150 dólares. Además, Salmond aseguró ante los miembros del Parlamento que a partir del año 2017 "el gasto público subirá en sintonía con el crecimiento de la economía" lo que supondría, en palabras del político nacionalista, "entre un 1,5 % y 2 % de incremento al año".
Unos argumentos que no convencieron a los partidos de la oposición. La portavoz laborista, Johan Lamont, criticó que "el déficit real" para Escocia "es lo que el SNP dice en público y admite en privado". "Lo que en público llama alarmismo, es real en privado" enfatizó ante la Cámara de Edimburgo. Mientras, el Secretario para Escocia y político liberaldemócrata, Michael Moore, subrayó que "el gobierno admite lo que nosotros llevamos diciendo en público mucho tiempo y es que el descenso de las reservas de petróleo sumirá al país en una incertidumbre económica". Desde el ejecutivo la vicepresidenta Nicola Sturgeon, replicó con ironía que "debemos ser el único país del mundo donde algunas personas ven el petróleo como algo negativo para la economía". Este no será el último cruce de cifras y acusaciones durante la campaña pre-referéndum ya que las reservas naturales del Mar del Norte suponen el principal motor de la economía escocesa, así como un potente argumento para la petición de continuar el camino sin los vecinos del sur.