Washington. Chávez murió el martes por complicaciones de un cáncer en la zona pélvica jamás precisado por su Gobierno, tras intentar forjar, a lo largo de 14 años un movimiento bolivariano de contrapeso a Estados Unidos en la región. Chávez sobrevivió a un golpe militar de 48 horas en abril de 2002 que él atribuyó al apoyo tácito de la Administración de George W. Bush, y jamás ocultó su desdén por el "imperialismo yanqui". El martes, el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó durante una intervención televisiva que "enemigos históricos" del país "buscaron el punto para dañar la salud" de Chávez, y pidió que una comisión científica eventualmente investigue si éste "fue atacado".

En respuesta, el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, tachó de "absurda" la acusación de que EEUU estuviese implicado en causar la enfermedad de Chávez, y rechazó que Washington esté "involucrado en cualquier tipo de conspiración para desestabilizar" a Venezuela. Según algunos expertos consultados, la acusación de Caracas no sorprenden, teniendo en cuenta la acritud de las relaciones bilaterales.

Manuel Suarez-Mier, profesor de American University y columnista del diario mexicano Excelsior, dijo que "es típico de los regímenes populistas el recurrir a explicaciones mágicas y a teorías de conspiración".

"Siempre hay una teoría de complot: Domingo Perón en Argentina, Andrés Manuel López Obrador, en México... es una combinación de ignorancia y paranoia. Para quedar bien con el pueblo que dicen representar, recurren a estas teorías para culpar a otros de sus fracasos", enfatizó el analista. "Hay toda una historia negra de EEUU en América Latina, pero es bastante antigua; los intentos documentados de EEUU para asesinar a Fidel Castro, por ejemplo, son una comedia de errores magnífica, y el caso es que los populistas achacan a sus enemigos políticos sus fracasos. EEUU dejó de ser el imperialismo yanqui hace rato".

"EEUU quiso deshacerse de él" Pero Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR) en Washington, señaló que EEUU "en realidad hizo todo lo que pudo para deshacerse" de Chávez, e incluso ha dado apoyo político y económico a la oposición "y sigue haciéndolo".

"En parte debido a la oposición de EEUU, Chávez fue satanizado por prácticamente todos los principales medios de comunicación de Occidente. Estados Unidos perdió buena parte de su influencia en América Latina, especialmente en Sudamérica, por Chávez", señaló Weisbrot.

En diciembre de 2011, durante un discurso televisivo dirigido a militares, Chávez sugirió que EEUU había "inventado la tecnología para propagar el cáncer" en algunos líderes latinoamericanos.

Aunque Chávez insistió en que no estaba haciendo acusación alguna, afirmó a manera de reflexión que "no sería extraño si ellos (EEUU) han desarrollado la tecnología para inducir el cáncer y nadie lo sabía hasta ahora". En aquella ocasión, varios líderes latinoamericanos, todos de izquierda, habían recibido diagnóstico de cáncer: Cristina Kirchner, en Argentina; Fernando Lugo, expresidente de Paraguay; Dilma Rousseff en Brasil y el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.

"No dormía y tomaba 26 cafés" La autora y columnista Ann Louis Bardach dijo que la acusación vertida por Maduro el martes "es lo más próximo a la demencia". "Pareciera que lo que están haciendo con eso es aumentar el antiamericanismo e impulsar la candidatura (a la presidencia) de Maduro", señaló Bardach. "Cuando tienes a un hombre como Chávez con poca disciplina en su salud, que no dormía más de dos a cuatro horas diarias, bebía 26 tazas de café y hasta podría haber tenido trastorno bipolar, no se necesitan teorías de conspiración para que un hombre así desarrolle una enfermedad", subrayó Bardach.

El oncólogo peruano y expresidente de la Sociedad Americana del Cáncer, Elmer Huerta, dijo a Efe que, en todo caso, el cáncer "no se contagia ni se inocula" y que la mayoría de los pacientes no muere de cáncer en sí sino de las complicaciones que éste produce. Chávez falleció tras desarrollar una grave infección pulmonar después de una operación en diciembre en pasado en Cuba.