roma. El líder de la coalición de centroizquierda italiana, Pierluigi Bersani, que cuenta con la mayoría absoluta en la Cámara de los Diputados, pero no en el Senado, está dispuesto a formar Gobierno a pesar de que se prevé una misión imposible. "Llamadlo cómo queráis: Gobierno de minoría, de objetivos; me da igual. Yo lo llamo Gobierno de cambio y el próximo miércoles lo propondré a la coalición y después al Jefe del Estado", aseguró Bersani en una entrevista publicada ayer en el diario La Repubblica. Bersani explicó que se presentará en el Parlamento con un programa de Gobierno formado por siete u ocho puntos, con el que se dirigirá a todas las fuerzas políticas para ver quién está preparado para asumir su responsabilidad.

Entre estos puntos se incluirán, añadió Bersani, asuntos relativos a Europa, temáticas sociales y también la reducción del numero de parlamentarios o el endurecimiento de las normas anticorrupción. Pero las buenas intenciones de Bersani chocan con lo que encontrará en el Parlamento, pues si quiere gobernar tendrá antes que nada recibir la investidura en las dos cámaras, lo que parece muy improbable en estos momentos.

Bersani ha rechazado estrechar alianzas con la coalición de centroderecha del ex primer ministro Silvio Berlusconi, ya que la base y los electores del partido no se lo perdonarían, pues aseguran que un pacto con el histórico enemigo sería "un suicidio político". Los escaños conseguidos por el expresidente del Gobierno tecnócrata Mario Monti no son suficientes y Beppe Grillo, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), tercera fuerza política del país., volvió a rechazar ayer de manera contundente cualquier tipo de pacto con los partidos políticos.

Parálisis El Gobierno de centroizquierda no tendría problemas en la Cámara de los Diputados donde tiene la mayoría absoluta, el problema sería en el Senado, donde cuenta con 123 escaños que no son suficientes para conseguir que se apruebe el voto de confianza. Sin voto de confianza al Gobierno de Bersani la parálisis en Italia se agudizaría, ya que se tendría que esperar al 15 de abril para que el nuevo Parlamento elija al que será el nuevo Jefe del Estado, pues el actual Giorgio Napolitano no puede disolver las cámaras y convocar elecciones en los últimos seis meses de mandato, que termina el 15 de mayo. Por su parte, Berlusconi se mostró ayer favorable a volver a las urnas lo antes posible.