ciudad del vaticano. El Papa ha dado libertad a los cardenales para que puedan anticipar el próximo cónclave, cuya fecha se conocerá una vez que la Iglesia entre en Sede Vacante -el interregno existente desde que el papa fallece o renuncia y se elige al sucesor- y se reúnan los purpurados, a partir del 1 de marzo. La normativa vaticana establece que el cónclave de cardenales debe comenzar entre 15 y 20 días después del inicio de la Sede Vacante, con el objetivo de permitir a todos los cardenales del mundo acudir a Roma.

Pero visto que muchos cardenales se encuentran ya en la Ciudad Eterna para acompañar a Benedicto XVI en sus últimos días de pontificado, el papa Ratzinger aprobó ayer un documento papal, que mantiene esas fechas, pero abre una puerta a anticiparlo.

"Dejo al Colegio Cardenalicio la facultad de anticipar el inicio del cónclave si consta que están presentes todos los cardenales electores, como también la posibilidad de atrasarlo si hay motivos graves. No obstante, transcurridos veinte días del inicio de la Sede Vacante, todos los cardenales presentes tienen que proceder a la elección", precisó en el documento hecho público ayer.

Con este documento, además de conceder la facultad de que pueda ser adelantada la fecha, también ha cambiado algunos puntos sobre la elección de los pontífices.

El documento publicado ayer por Benedicto XVI ha querido aumentar a ocho (antes eran dos) del número de ceremonieros para la celebración del cónclave. Además, y si se da el caso, los dos cardenales más votados en el cónclave no podrán votar en segunda ronda y dar su voto al contrario y evitar así ser elegidos. También se incluye en la fórmula de juramento de los cardenales la pena de la excomunión en el caso de que violan el secreto de elección del Sucesor de Pedro.

Por lo demás, todo sigue según lo previsto por Benedicto XVI en la reforma de 2007. Con el "motu proprio" que publicó el papa Ratzinger en ese año, de nombre De aliquibus mutationibus in normis de electione Romani Pontefici, suprimió algunas normas e impuso otras en la Constitución apostólica Universi Dominici gregis, de 1996, aprobada por Juan Pablo II, sobre la elección de los papas.

En el documento publicado en 2007, Benedicto XVI estableció que el próximo Papa necesitará en todas las votaciones la mayoría de los dos tercio de los votos de los cardenales asistentes al cónclave. Asimismo, si se perpetrara el delito de simonía (comprar los votos) todos los culpables serán excomulgados, pero el voto será válido.

sin pactos También se prevé que los cardenales electores deberán abstenerse de toda forma de pactos u otros compromisos de cualquier género que les puedan obligar a dar o negar el voto a otros. Si hubiera algún tipo de acuerdos o promesas entre los cardenales electores, el compromiso adquirido sería nulo y nadie estará obligado a observarlo. Además, los purpurados no pueden hacer capitulaciones antes de la elección.

Ningún cardenal elector podrá ser excluido de la elección activa o pasiva "por ningún motivo o pretexto", señala asimismo la normativa, aunque el purpurado que crea en conciencia que no puede asistir o está enfermo puede no entrar en la Capilla Sixtina, que sigue siendo el lugar donde se eligen a los sucesores de San Pedro.

Pierlugi Celata, vicecamarlengo de la Iglesia de Roma, dijo hoy que habrá que esperar a saber la fecha del cónclave a que lo decidan los cardenales una vez se produzca la Sede Vacante, que comenzará un segundo después de que la renuncia de Benedicto XVI al papado sea firme, a las 20 horas de Roma del 28 de febrero. La primera congregación de los cardenales que asistirán al cónclave, precisó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, se celebrará, como muy pronto, el 1 de marzo y ya a partir de ese día, podrán anunciar ya la fecha.