Japón ejecutó ayer a tres presos en lo que suponen los primeros ajusticiamientos desde que el conservador Shinzo Abe llegó al poder hace apenas dos meses, una decisión que apunta a que el país seguirá sin cuestionar la pena capital. En el país asiático, el único Estado industrializado y democrático que, junto con EEUU, aplica la medida, organizaciones humanitarias condenaron la decisión del Ejecutivo y volvieron a insistir en la necesidad de abrir un debate público. Los tres reos ajusticiados en la horca, tal y como establece la ley japonesa, en diferentes prisiones del país.
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