roma. El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi ha provocado las iras de sus rivales en las elecciones, que tendrán lugar el próximo domingo, tras enviar cartas a millones de italianos prometiéndoles devolverles un controvertido impuesto que pagaron en 2012 en caso de que gane los comicios.

Las cartas, con apariencia de oficiales, rezan: "importante aviso: devolución del IMU 2012", en referencia a un impopular impuesto sobre las propiedades creado por el Gobierno tecnócrata de Mario Monti. "La devolución estará disponible bien mediante una transferencia a su cuenta bancaria, o personalmente en el mostrador de la oficina de correos", precisa la misiva.

Berlusconi ha recuperado terreno en los sondeos desde principios de año en su intento por volver al poder. A principios de este mes, ya había prometido que devolvería el citado impuesto y lo ha seguido repitiendo desde entonces, con la esperanza de volver a imponerse como hizo en 2008 con una promesa similar. Los hogares en las regiones clave de Sicilia, Veneto, Campania y Lombardía, que podrían decidir el resultado de la pugna por el Senado, han recibido versiones más extensas de la carta, según el diario La Repubblica.

Según los sondeos, el IMU es una de las medidas más impopulares introducidas por el Gobierno Monti, pero, según un sondeo de Demópolis de principios de febrero, el 51% de los italianos no creen en la promesa de Berlusconi y solo el 15% lo consideran creíble.

enfado en la oposición El líder del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, cuya coalición de centro-izquierda parte como favorita en los últimos sondeos publicados hace dos semanas antes del apagón previo a la jornada electoral, calificó la carta de "fraude". "Éste es un modo de hacer campaña que simplemente no puedo aceptar. Ha llegado el momento de ser serio", reclamó Bersani.

También se pronunció sobre la carta el primer ministro, Mario Monti, que reapareció ayer ante los medios: "Cuando dije que Berlusconi habría intentado comprar votos de los italianos con el dinero del Estado no pensaba que encarnaría tan a la letra lo que me temía que había hecho y que está haciendo", afirmó.

A pocos días del cierre de la campaña, Monti volvió a poner distancia con la coalición de centroizquierda que lidera Bersani ante un posible pacto tras las elecciones, que se celebrarán el próximo domingo y el lunes. "No creo que Bersani y yo gobernemos juntos. Pero, mientras la capacidad de Gobierno de Berlusconi ya ha quedado probada -a juicio de muchos y el mío propio de modo negativo-, la de Bersani no se ha puesto a prueba aún", dijo Monti.