WASHINTONG. Varios demócratas corearon "voto, voto" mirando a la tribuna de invitados de la primera dama, Michelle Obama, donde se encontraba una profesora del instituto de Newtown (Connecticut) en el que 28 personas murieron en un tiroteo en diciembre, o los padres de Hadiya Pendleton, una joven de 15 años que fue tiroteada en Chicago días después de participar en el desfile de la investidura de Obama.
"Las familias de Newtown merecen un voto. Las familias de Aurora merecen un voto. Las familias de Oak Creek, Tucson, Blacksburg y de un sinnúmero de otras comunidades desgarradas por la violencia armada, todas merecen un simple voto", indicó Obama citando varias de las tragedias recientes causadas por las armas en el país.
Gabrielle Giffords y su marido, el exastronauta Mark Kelly, habían permanecido sentados y en silencio durante todo el discurso, pero se pusieron en pie en cuanto Obama mencionó el control de armas, una causa para la que han iniciado una campaña nacional.
La excongresista fue gravemente herida durante un acto con votantes en las puertas de un supermercado en Tucson (Arizona) en enero de 2011, el que murieron 6 personas y 13 resultaron heridas.
La herida que sufrió en la cabeza le ha dejado secuelas de por vida y le obligó a dejar su escaño, aunque ha retomado su vida pública poco a poco, siempre acompañada de su esposo.
Los padres de Hadiya, Cleopatra Cowley y Nathaniel Pendleton, escucharon las palabras del presidente flanqueados por la primera dama y, visiblemente emocionados, se levantaron para aplaudir.
Otra familiar de una víctima, una mujer no identificada, fue obligada a abandonar la sala por subir demasiado el volumen al unirse a los gritos de "voto", algo que explicó al Washington Post porque su sobrina fue asesinada por un arma de fuego.
El discurso también deparó un pequeño momento incómodo a Obama, quien quiso hacer un chiste al hablar de inversiones en infraestructuras y recibió sólo risas esporádicas.
"Sé que queréis estos proyectos, porque os he visto a todos cortando lazos en ceremonias de inauguración", dijo, esperando unos largos segundos a que llegaran las risas.
Hubo también mucho espacio para el patriotismo, con dos referencias a Estados Unidos como "la mejor nación de la Tierra" y "la nación más rica de la Tierra".
Aparte del vestido de Michelle Obama y -fuera del hemiciclo- el muy comentado trago de agua del senador republicano Marco Rubio durante su réplica, el detalle que acaparó más atención fueron las gafas que lució el vicepresidente Joe Biden durante parte del discurso.
Aunque muchos las atribuyeron a un cambio de estilo de Biden, sus ayudantes se apresuraron a señalar que se deben en realidad a que tuvo un accidente doméstico con sus lentes de contacto, que le lesionaron un ojo.