Túnez. La crisis política que se desencadenó tras el asesinato, el miércoles, del opositor laico Chukri Ben Aid, se agudiza cada día en Túnez y pone en peligro el rumbo de la ya de por sí maltrecha transición tunecina. La propuesta del primer ministro, Hamadi Yabali, de formar un Gobierno de tecnócratas ha provocado una fisura en el seno del Ejecutivo, que se ha traducido en la dimisión de tres ministros y dos secretarios de Estado representantes del partido del presidente transitorio del país, Moncef Marzuki. El acta de dimisión de los titulares de Empleo y Formación Profesional, Patrimonio, y Asuntos de la Mujer y la Familia, así como de los dos secretarios de Estado, fue entregada al jefe del Ejecutivo al término de una larga reunión que se prolongó hasta la madrugada.
Según el consejero presidencial, Samir Ben Amor, la medida fue tomada por el desacuerdo sobre la naturaleza de la remodelación del Gobierno, en concreto con la propuesta de la formación de un gobierno de tecnócratas. El partido Congreso Por la República (CPR) de Marzuki conforma el Ejecutivo de Túnez junto a los socialdemócratas de Atakatol y el partido islamista moderado Al Nahda -mayoritario-. De momento, hay un amplio consenso en el rechazo a la propuesta del primer ministro, que detallará a mediados de esta semana. Incluso, su propio partido, Al Nahda, la rechaza. Así las cosas, y tras las dimisiones de los ministros del CPR, el partido islamista gobernante convocó una reunión urgente del Consejo de la Shura, su órgano consultivo, para acordar "la última palabra" sobre la propuesta del primer ministro. Según Al Nahda, todos sus miembros estarán obligados a "admitir y seguir" la postura oficial del partido.
Los once principales partidos de la izquierda tunecina aliados en el Frente Popular (FP) afirmaron que "rechazarán y no apoyarán" al Gobierno de tecnócratas que prepara Yabali, según Nizar Hamami, miembro de la dirección. Hamami manifestó que el Gobierno tripartito ha fracasado y subrayó que ha sumido el país en una crisis política, social y económica que calificó de "total". "Aún no hay nueva Constitución ni (el Gobierno) ha organizado una 'hoja de ruta' para la próxima fase de la transición", criticó.
El líder izquierdista aseguró que solo apoyarán la formación de un gabinete de crisis "formado por políticos, muy limitado", como única solución de evitar la guerra civil que, a su juicio, aún puede asolar el país. Según Hamami, tanto la propuesta de Yabali como la formulada por los partidos Al Nahda y el Congreso Por la República "no son serias, porque mantienen un doble lenguaje que recuerda lo que ha pasado en Egipto". "Al Nahda propone un modelo mixto de gobierno, Yabali otro de tecnócratas, pero siguen juntos, dialogan, no están divididos", valoró.
Por su parte, Mohamed Ben Nur, portavoz de Frente Democrático por las Libertades y el Trabajo (FDLT), Atakatol, señaló ayer que su partido "no está en contra del proyecto del primer ministro". Ben Nur reconoció que mantienen contactos con "otras formaciones políticas para allanar el terreno a Yabali y ayudarle a concretar el nuevo Gobierno". De acuerdo con el portavoz, fue Atakatol el que con su oposición a que los ministerios de Justicia y Asuntos Exteriores siguieran en manos de Al Nahda, "exigiendo neutralidad, lanzó la búsqueda de un consenso nacional ampliando el Gobierno a otras formaciones".
En la misma línea, el portavoz del opositor Nidá Tunis, Lasaad Akremi, resaltó el "paso positivo" que supone para el país la idea de un Ejecutivo tecnócrata, que viene reivindicando la oposición. También el portavoz del centroizquierdista Partido Al Yumhuri anunció su apoyo a la iniciativa del primer ministro: "Era una de nuestras reivindicaciones el que se observara neutralidad e imparcialidad en los tres ministerios de soberanía (Justicia, Interior y Asuntos Exteriores)".
Mientras, al menos a un millar de simpatizantes islamistas de las líneas más radicales de Al Nahda, de las Ligas por la Protección de la Revolución (LPR) y del CPR, se manifestaron en la ciudad de Gafsa (suroeste del país). La marcha fue convocada en "apoyo y defensa de la legalidad electoral" de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cuya disolución han pedido formaciones políticas de la oposición, informaron fuentes locales.
Ante la situación que atraviesa el país, el líder de Al Nahda, Rachid Ghannouchi, rechazó toda comparación con los disturbios desencadenados tras el asesinato de Ben Aid y las revueltas que acabaron con el régimen de Ben Ali. "Chokri Bel Aid no es Mohamed Bouazizi -cuya muerte encendió la mecha de las Primavera Árabe- y yo no soy Ben Ali", señaló.