París. El Gobierno francés tendrá que reinventar la medida estrella del programa electoral de François Hollande, la polémica tasa del 75% para las grandes fortunas, después de que el Consejo Constitucional se haya pronunciado en contra del impuesto para las rentas superiores a un millón de euros. Tras esta decisión, el jefe del Ejecutivo socialista, Jean-Marc Ayrault, anunció que preparará un "nuevo dispositivo conforme a los principios" propuestos por la decisión del Consejo Constitucional, que entiende que la actual Ley de Finanzas, que debía entrar en vigor en 2013, no respeta la igualdad de todos los ciudadanos ante las cargas públicas.
"Solo retrasa la decisión", según el primer ministro, quien agregó que el impuesto que ha tumbado el Constitucional será restituido y votado antes de que concluya el año entrante "para que se aplique sobre los ingresos de 2013". La medida, que afecta a unos 2.000 hogares y tendrá carácter temporal hasta que se reequilibren las cuentas públicas, "simboliza la voluntad de justicia fiscal del Gobierno francés", que busca que "el esfuerzo se reparta de forma más equilibrada", según Ayrault. Por su parte, el ministro de Economía, Pierre Moscovici, explicó que su equipo presentará una nueva tasa en la próxima Ley de Finanzas. "El Gobierno respeta la decisión. No es contestable, pues es el fallo del consejo, pero no vamos a renunciar a la medida. Aprobaremos un dispositivo nuevo que será presentado en 2013", señaló el ministro.
El 20 de diciembre, en medio de la polémica por la inminencia de la entrada en vigor de la propuesta estrella del presidente socialista francés y del éxodo de las grandes fortunas a otros países, el principal grupo de la oposición, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), presentó un recurso que ahora ha sido admitido por el Consejo Constitucional, formado por un grupo de juristas encargados de velar por que se cumpla la Carta Magna del país, que considera que esta medida violaba el principio de "igualdad en las cargas públicas".
Esa institución señaló ayer que el impuesto del 75% hace que, a efectos fiscales, dos unidades familiares puedan tener el mismo nivel de ingresos por actividad profesional y quedar una de ellas sujeta a la tasa y la otra exonerada en función de la repartición de los ingresos entre los contribuyentes que la componen. Con su decisión, el Constitucional reprueba que el impuesto se aplique al individuo y no al hogar, pues podría generar una incoherencia fiscal. Este es uno de los argumentos de los conservadores de la UMP. El representante de esa formación y presidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional francesa, Gilles Carrez, había advertido sobre la manera en la que la norma podía discriminar a los contribuyentes. "Tomen el ejemplo de dos hogares con dos hijos. En el primer caso, solo trabaja el marido. Si gana 1,2 millones de euros al año, tendrá que pagar el 75%. En el segundo caso, si el marido y la esposa ganan cada uno 800.000 euros, no lo pagarán, aunque los ingresos de la pareja alcancen los 1,6 millones de euros. Incoherente", señaló Carrez. Tras la decisión de los llamados "sabios" del Consejo Constitucional, el primer ministro subrayó que "las disposiciones censuradas no cuestionan las grandes líneas del equilibrio presupuestario y la trayectoria de enderezamiento de las cuentas públicas".
Destacó, además, que el Constitucional validó, en su decisión, el aumento del tramo superior de impuestos sobre la renta del 41% al 45%, el alineamiento de las rentas del capital a las del trabajo o la restitución de un impuesto sobre la fortuna que había sido rebajado bajo la anterior presidencia de Nicolas Sarkozy. No obstante, la decisión suprime también la forma de cálculo del techo del impuesto sobre la fortuna, así como un incentivo fiscal para las inversiones en los departamentos y regiones ultraperiféricos.
Pérdidas para 2013 El programa de Hollande, respaldado por los franceses en las urnas el pasado mes de marzo, incluye otras medidas como la anulación de las exenciones fiscales a los ciudadanos más ricos y la introducción de un tramo del 45% para las rentas superiores a 150.000 euros anuales. Según el ministro de Economía Pierre Moscovici, la decisión del consejo no aparta al Gobierno del cumplimiento de sus objetivos de déficit pero supone una pérdida para las arcas del Estado de entre 300 y 500 millones para 2013.
La medida ya generado una intensa polémica antes de su entrada en vigor, agudizada con la decisión de varios de los ciudadanos más ricos de abandonar Francia. Desde las filas conservadoras, el último primer ministro, François Fillon, celebró la decisión de ese órgano, pues entiende que "sanciona la política de bombardeo fiscal que lleva a cabo François Hollande desde hace siete meses". El nuevo y debatido impuesto destinado a los muy ricos cuenta, sin embargo, con el apoyo del 60% de los ciudadanos, según un sondeo del instituto Ifop publicado ayer por el diario Ouest-France, frente al 40% que lo rechaza.
Entre estos últimos se cuenta el célebre actor francés Gérard Depardieu, quien para ahorrar impuestos ha decidido trasladar su residencia fiscal a Néchin, un pueblo belga a un kilómetro de la frontera francesa. El artista, cuya película L'Homme qui rit se estrenó en Francia el pasado 26 de diciembre, llegó a declarar que renunciaba a su pasaporte francés después de que el primer ministro hubiera calificado su actitud de "lamentable". La Liga de Fútbol Profesional (LFP) de Francia también celebró a través de su presidente, Frédéric Thiriez, la decisión del Constitucional, que supone un "bonita e indispensable victoria colectiva" para ese deporte, que temía un éxodo de estrellas a países con una fiscalidad más ventajosa para los acaudalados.