Londres. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, anunció ayer que su organización publicará en 2013 un millón de nuevos documentos confidenciales relacionados con "todos los países del mundo", durante un discurso desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra refugiado desde hace seis meses. El famoso hacker compareció durante 15 minutos desde el balcón de la legación diplomática ante un centenar de seguidores y medios de comunicación de todo el mundo, en lo que fue su segunda aparición desde que se refugió en la legación diplomática para evitar su extradición a Suecia.
Assange aseguró que su trabajo no se verá amedrentado y que seguirá enfrentando a los "acosadores", por lo que tiene preparados más de un millón de documentos paras ser publicados el próximo año, que afectarán a todos los países del mundo. El fundador de Wikileaks señaló además que "la puerta está abierta y siempre ha estado abierta para cualquiera que desee usar los trámites adecuados para hablar conmigo o garantizarme una salida segura".
En este sentido, el periodista y hacker australiano de 41 años, explicó que el Pentágono estadounidense sigue considerando a su organización como "criminal" y el Gobierno de Australia "no defiende el periodismo y las publicaciones de Wikileaks", lo que le hace seguir en la embajada de Ecuador. "Hace seis meses entré en este edificio. Se convirtió en mi casa, mi oficina, mi refugio. Gracias al Gobierno de Ecuador y el apoyo de sus habitantes. Estoy seguro en esta embajada y desde aquí es donde puedo hablar de manera segura", manifestó Assange en lo que denominó su "discurso de Navidad".
El fundador de Wikileaks apuntó que a pesar de que su libertad es limitada, puede trabajar y comunicarse, "algo que no pueden hacer 232 periodistas que se encuentran esta noche en prisión".
Un caso que se alarga Assange rechaza ser extraditado a Suecia, que le reclama para interrogarlo por presuntos delitos sexuales que él niega, si no se le ofrecen garantías de que no será eventualmente entregado a Estados Unidos. El australiano teme que allí podría afrontar la pena de muerte por las revelaciones de documentos confidenciales sobre Irak y Afganistán de su portal Wikileaks.
Sobre su caso, el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló ayer que su país agotará la vía diplomática antes de emprender otras alternativas para poner fin a la situación en la que se encuentra el fundador de Wikileaks desde hace seis meses. Patiño comentó que la gestión diplomática "es la más sana" y la más corta para superar la situación del periodista australiano, pero agregó que se verán otras posibilidades "cuando sea imposible la vía diplomática".
El ministro ecuatoriano explicó que hay caminos jurídicos, pero consideró que aquellos tomarán "más tiempo, años" antes de que se pueda obtener una salida en términos legales. Assange "cada día está sufriendo una violación enorme a sus derechos humanos", denunció Patiño en referencia a su refugio en la legación diplomática ecuatoriana en Londres y pidió al Reino Unido que considere la posibilidad de "poner condiciones" a la extradición decidida por la máxima corte británica, para que Julian Assange pueda trasladarse a Suecia con garantías y participar en una investigación que se le sigue ese país por delitos sexuales.
"Esto podría destrabar el asunto", expresó el ministro. El pasado 19 de junio, el fundador de Wikileaks buscó refugio en la embajada ecuatoriana y solicitó oficialmente asilo, un reconocimiento que el país andino le otorgó dos meses después, el 16 de agosto. Assange hizo la petición considerando que podría ser extraditado desde Suecia a Estados Unidos por la difusión que hiciera su portal en 2010 de miles de cables secretos sobre las guerras en Irak y Afganistán, hechos por los que temía ser sentenciado hasta a la pena de muerto en Estados Unidos. De momento, Suecia no se ha comprometido a no extraditarle a Estados Unidos y Ecuador compartió sus temores al concederle el "asilo diplomático". Este reconocimiento significa que para salir de la embajada ecuatoriana necesita un salvoconducto emitido por el Gobierno británico que le permita dejar el país. Esta medida ha sido denegada una y otra vez por el Reino Unido, país que antepone el deber de cumplir la obligación de extraditarlo a Suecia.