Mientras trata de recuperarse de una de las peores masacres de la historia de Estados Unidos, la pequeña ciudad de Newtown, de menos de 30.000 habitantes, comenzó la triste y difícil tarea de enterrar a los pequeños fallecidos en el tiroteo con los funerales de Jack Pinto y Noah Pozner, ambos de seis años.Los habitantes de Newtown volvieron a mostrar su incondicional apoyo a las familias de las víctimas reuniéndose masivamente frente a la funeraria Honan, donde se llevaba a cabo un servicio en memoria del pequeño Pinto, un fanático del jugador fútbol americano Víctor Cruz, de los New York Giants.

En su honor, Cruz escribió el domingo en una de sus botas "Jack Pinto, mi héroe" y en otra "R.I.P Jack Pinto".Para recordar al pequeño asesinado, algunos de los que allí se reunieron este lunes se vistieron con sudaderas de ese equipo de fútbol americano y, de nuevo a pesar de la lluvia y el frío, ofrecieron su cariño a los familiares de las víctimas con velas, osos de peluche y mensajes de apoyo.

Tras la ceremonia en la funeraria, que realizará en los próximos días al menos otros once velatorios de las víctimas de la matanza, el pequeño cuerpo de Pinto fue enterrado en el cementerio Newtown Village Cemetery.

El triste proceso continuará con el velatorio de James Mattioli, de seis años, que será enterrado este martes al igual que Jessica Rekos, de su misma edad, mientras que para el miércoles están previstos los de los pequeños Chase Kowalski y Catherine V. Hubbard, así como de la directora del colegio, Dawn Hochsprung, y la profesora Victoria Soto (esta última en la cercana Stratford).Los habitantes de Newtown han puesto en marcha iniciativas para ayudar a las familias afectadas por la tragedia, que incluyen el reclutamiento de psicólogos, servicios de transporte y asistencia espiritual.