Dublín. El primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha pedido a su colega británico, David Cameron, que cumpla con los "compromisos" adquiridos y ponga en marcha una investigación pública que aclare la implicación de las fuerzas de seguridad británicas en el asesinato del abogado católico norirlandés Pat Finucane. La petición de Kenny se produce después de que Cameron presentara el miércoles el contenido de una revisión efectuada por el abogado Desmond de Silva sobre tres investigaciones policiales anteriores, que ya destaparon la connivencia de las fuerzas de seguridad con paramilitares protestantes de Irlanda del Norte en uno de los asesinatos más controvertidos del conflicto.
Según Kenny, los Gobiernos de Londres y Dublín acordaron en 2001 designar a un juez de categoría internacional para estudiar este y otros casos similares y establecer una "investigación pública si fuese necesario". "Es de dominio público que el Gobierno irlandés discrepa totalmente con la decisión de Gobierno británico de no conducir una investigación pública sobre el asesinato de Pat Finucane", agregó. Kenny aseguró que volverá a tratar esta cuestión próximamente con Cameron, quien el miércoles se disculpó por la "escandalosa" implicación de las fuerzas de seguridad del Estado en la muerte de Finucane, conocido abogado de miembros del IRA y del Sinn Féin asesinado en su casa, delante de su familia, por un pistolero del grupo terrorista Asociación para la Defensa del Ulster (UDA) en 1989.
Aunque Cameron confirmó la implicación del Ejército británico y de la Policía norirlandesa en aquella acción terrorista, negó la existencia de una "conspiración del Gobierno" de la época, una versión que ha sido rechazada por la familia, que pide también la apertura de una investigación independiente. Geraldine Finucane, viuda del abogado, tildó el informe de "engaño" y aseguró que la verdad sobre la muerte de su marido y de muchos otros no ha salido aún a la luz, ya que esta nueva pesquisa ha sido un intento de "barrer la suciedad bajo la alfombra".
El informe halló "niveles escandalosos de confabulación estatal", en la que empleados estatales trabajaron activamente para "facilitar y promover" el asesinato del abogado, aunque descartó la existencia de una "conspiración estatal general". Según el documento, agentes de los servicios de inteligencia del Ejército británico y del antiguo servicio de Policía norirlandés, el Royal Ulster Constabulary, conocían los planes de la UDA para asesinar a católicos, entre ellos Finucane.
Las fuerzas de seguridad de la región también son culpables de "cometer actos para derrotar a la Justicia", mintiendo "deliberadamente" y "obstruyendo" el curso de las investigaciones sobre el asesinato de Finucane. En este sentido, recordó Cameron, mandos del Ejército británico ofrecieron después información "errónea y engañosa" al Ministerio de Defensa, aunque reiteró que el Ejecutivo de la época nunca tuvo conocimiento previo sobre los planes de la UDA ni de los intentos de las fuerzas del orden para ocultar el caso.