Marrakech. El grupo mayoritario de la oposición siria logró ayer en Marrakech el apoyo político de 114 países, aunque este no estuvo acompañado de promesas concretas de financiación ni menos de un levantamiento del embargo de armas. Los participantes en la Cuarta Conferencia de Amigos del Pueblo Sirio consensuaron una declaración de 43 puntos en los que se reconoce como "legítimo representante" de la oposición a la Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS), al tiempo que se pide a Bashar al Asad "que se haga a un lado porque ha perdido toda legitimidad".
El documento fue consensuado tras intensos debates en los que se pidió a la CNFROS y a su presidente, Moaz al Jatab -sobre todo por parte de los países occidentales- que dé señales claras de "inclusión" y respeto a las minorías y los derechos humanos. La coalición opositora había movilizado a no menos de sesenta personas para hacer presión en los pasillos del hotel de Marraquech donde se celebró la conferencia, una presencia que contrastó con la ausencia del Enviado Especial de la Liga Árabe y de la ONU, Lajdar Brahimi. En la rueda de prensa posterior a la Conferencia, el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, criticó en dos ocasiones de forma indirecta al enviado: "Apoyamos a Brahimi, pero queremos ver un calendario; la gente en el terreno no quiere ver diplomacia, sino resultados tangibles". Davutoglu y los otros ministros participantes subrayaron la tragedia humana y la urgencia que suponen los casi dos años de guerra, con 40.000 muertos, 400.000 refugiados y dos millones y medio de desplazados que hacen frente al próximo invierno en un país donde se han destruido tres millones de viviendas.
Actos de violencia Ayer mismo, un número indeterminado de personas murió o resultó herida en las explosiones registradas en el Ministerio del Interior en Damasco, según medios oficiales sirios, mientras que el opositor Observatorio Sirio de Derecho Humanos cifró en 25 las víctimas entre fallecidos y heridos. La televisión estatal indicó que el ministro del Interior, Mohamed al Shaar, y otros altos oficial del departamento salieron ilesos de las tres explosiones, que tuvieron como objetivo la entrada del edificio.