El CAIRO. El presidente egipcio, Mohamed Mursi, ha ordenado al Ejército preservar la seguridad durante el polémico referéndum constitucional de este sábado, en el que algunos opositores anunciaron ayer que votarán en contra. En un decreto publicado en el boletín oficial del estado, Mursi autoriza al Ejército a detener civiles y ponerlos a disposición judicial, y establece la coordinación entre militares y policías para velar por la seguridad en el país hasta que se anuncie el resultado del referéndum.

No será la primera vez que el Ejército se encargue de mantener la seguridad en una consulta popular, puesto que ya lo hizo en las pasadas elecciones legislativas y presidenciales. Esta nueva votación está marcada por una alta dosis de polarización política e inestabilidad social, con un amplio rechazo a la consulta por parte de manifestantes y fuerzas opositoras, que critican que la Carta Magna haya sido redactada por una asamblea de mayoría islamista y alejada del consenso. Si el pasado sábado el Ejército alertaba de trágicas consecuencias si los grupos políticos no acordaban una salida a la crisis, el ministro del Interior egipcio, Ahmed Gamal el Din, aseguró ayer que la Policía nunca servirá los intereses de una parte de los ciudadanos.

Otro de los obstáculos para la organización de este plebiscito está siendo su supervisión, con sectores de la magistratura enfrentados a Mursi, después de que este blindase sus poderes ante la justicia con una declaración que finalmente anuló el sábado pasado. Con la condición de que cesen las protestas junto al Tribunal Supremo Constitucional y este pueda volver al trabajo sin presiones, el Club de Jueces del Consejo de Estado egipcio -órgano encargado de gestionar la Justicia administrativa- se mostró ayer dispuesto a supervisar el referéndum. El presidente de esta asociación, Hamdy Yasin, pidió que los manifestantes se marchen de los alrededores de la corte y defendió la neutralidad de los jueces.

Votos en contra Mientras siguen las protestas contra Mursi en la plaza Tahrir, algunos opositores ya han comenzado a pedir el no a la Constitución, aunque el influyente Frente de Salvación Nacional -que agrupa a importantes dirigentes- todavía no se ha pronunciado al respecto. El movimiento juvenil 6 de Abril ha iniciado una campaña contra este proyecto de Constitución "no representativa" y argumentó que, de salir adelante, "pondría en peligro las demandas de la revolución", el mismo argumento que esgrimió ayer el excandidato presidencial Abdel Moneim Abul Futuh.

Además, 22 organizaciones de derechos humanos egipcias llamaron también a votar en contra de la nueva Carta Magna, pues consideraron que mina los derechos y libertades, y abre las puertas a una "tiranía política y religiosa". En defensa de la separación entre el Islam y la política se pronunció también el muftí de Egipto, Ali Gomaa, quien apuntó que su vinculación "corrompe la religión y la mete en políticas que no le corresponden".