ROMA. El anuncio por sorpresa y lleno de amargura de la dimisión del presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, en cuanto se apruebe la Ley de Presupuestos, ha alimentado la incertidumbre sobre qué sucederá en los próximos días en el país tanto en el ámbito económico como político.
El director del diario Corriere della Sera, Ferrucio de Bortoli, describió ayer el "malestar" y "la amargura" de Monti por la retirada de confianza del partido de Silvio Berlusconi, lo que le empujó a tomar esta decisión.
Según De Bortoli, Monti "habría preferido que le desenchufasen del Gobierno directamente con un voto de censura, y no de esta manera".
Monti se refería a las dos cuestiones de confianza no votadas por el Pueblo de la Libertad en el Senado y las duras críticas a la política del Ejecutivo pronunciadas en la Cámara de los Diputados por el secretario de esta formación y delfín de Berlusconi, Angelino Alfano.
Sobre la decisión de Monti también pesó la candidatura de Silvio Berlusconi a las elecciones, de la que se enteró de regreso a Italia tras una reunión económica en Cannes, al sur de Francia.
Por ello, Monti decidió, según revela el director del Corriere della Sera, anunciar su intención de dimitir, por el bien del país, un sábado, con los mercados cerrados, y con la intención de que el lunes cuando abra la Bolsa las aguas estén más calmadas.
REACCIÓN DE LOS MERCADOS Y es que uno de los mayores temores tras el anuncio de Monti es cuál será la reacción de los mercados y sobre todo de la prima de riesgo, que bajo el Gobierno de Monti descendió hasta los 300 puntos desde los 575 en la que la dejó Berlusconi en noviembre de 2012.
Corriere della Sera adelanta una hipótesis que está cobrando fuerza en las últimas horas y es que ahora que Monti ya no tiene la presión del Gobierno queda libre para presentarse a las elecciones con el apoyo de una lista electoral.
La prensa italiana se pregunta también sobre lo que sucederá en los próximos días, sobre las leyes que se quedarán ancladas en el Parlamento sin ser aprobadas, sobre la posible fecha de las elecciones generales y sobre el futuro de Monti.
Como se leía en la nota de la Presidencia de la República que anunciaba la dimisión de Monti tras la aprobación de los Presupuestos Generales, el primer ministro tendrá que comprobar si los partidos están dispuestos a votarla.
Tras su aprobación, añadía la nota, "y tras consultar con el Consejo de ministros", Monti oficializará su irrevocable dimisión en manos del Jefe de Estado. Todo apunta a que las elecciones serán en febrero, ya que tienen que pasar un máximo de 70 días desde que se disuelve el Parlamento al día de las elecciones.