El Cairo. Una masiva protesta llevó ayer las críticas por las últimas decisiones del mandatario egipcio, Mohamed Mursi, a las puertas del Palacio Presidencial, en cuyos alrededores se vivieron momentos de tensión entre los asistentes y la policía. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se habían agolpado frente al edificio e intentaron retirar las barreras que lo protegían, según el Ministerio del Interior. Al menos 18 personas resultaron heridas, algunas de las cuales tuvieron que ser sacadas en volandas con síntomas de asfixia y varias ambulancias llegaron a la concentración, que había transcurrido durante la mayor parte del tiempo con tranquilidad. La convocatoria de la protesta no impidió que el presidente egipcio mantuviera varias entrevistas a lo largo del día y abandonase el Palacio Presidencial "a su hora" como lo hace habitualmente, informó Interior.

Distintas marchas partieron de varios puntos de la capital hasta desembocar en torno al reforzado palacio de Ittihadia, en el barrio cairota de Heliópolis, para expresar su indignación por la cadena de decisiones presidenciales que han marcado en los últimos días el rumbo de la transición política en el país. Cánticos como "abajo Mursi, abajo el sistema" o "el guía espiritual de los Hermanos Musulmanes vende a la revolución" fueron algunos de los más escuchados en medio de una multitud de personas que ondeaba banderas de Egipto.

La Constitución Bajo el lema de El último aviso, los manifestantes volvieron a salir a las calles en contra del acta emitida por Mursi el pasado 22 de noviembre, que blinda sus poderes, la Cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente ante la justicia hasta la entrada en vigor de una nueva Carta Magna. "¿Quién va a controlar al presidente?", se preguntó Amr Kamel, que mostró a Efe su rechazo a que esa asamblea haya aprobado a la carrera el proyecto de Constitución, pese al boicot de sus miembros no islamistas.

Precisamente, ese texto constitucional -que deberá votarse en referéndum el próximo 15 de diciembre- fue otro de los motivos que mayor indignación causaron entre los congregados. "No estoy a favor de la Constitución porque no garantiza los derechos de todos los egipcios, sino que permite concentrar el poder en unos pocos", apuntó Rauf Bishoi, dueño de un almacén de muebles. Similar postura expresó el monje cristiano Antonio Segarg, quien, a título individual, criticó que la Constitución ha sido hecha "a la medida del Islam político", de acuerdo a los intereses de los Hermanos Musulmanes y sin contar con "todos" los egipcios. La manifestación fue convocada por grupos y formaciones políticas entre las que se encontraban el partido Egipcios Libres, el Partido Socialdemócrata Egipcio y los movimientos 6 de Abril, Kifaya y Jóvenes de Maspero. Mientras tanto, la céntrica plaza Tahrir volvió a acoger a miles de manifestantes, que de manera pacífica exigieron la anulación de las decisiones presidenciales.