bruselas. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, expresó ayer su "profunda preocupación" por los planes de Corea del Norte de lanzar un misil durante la próxima semana y pidió a las autoridades del país asiático que renuncien al proyecto.

Ashton subrayó en un comunicado que el lanzamiento de ese cohete sería "un acto provocador, que amenazaría la paz y la seguridad en la región", y que vulneraría las obligaciones asumidas por Corea del Norte sobre la base de distintas resoluciones de la ONU. Además, provocaría un mayor aislamiento del país y "podría en peligro los esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución pacífica al asunto nuclear", indicó la alta representante europea.

Ashton advirtió a Corea del Norte que la UE analizará los acontecimientos con detenimiento y que consultará a sus colaboradores en la región para estar al corriente de lo que ocurra.

Sin embargo, pese a las advertencias internacionales, Corea del Norte continuó ayer con los preparativos para probar un cohete de largo alcance de tres fases que según los críticos podría ser usado para portar armas atómicas. La primera fase ya ha sido colocada en la rampa de lanzamiento en Sohae, en la costa oeste, informó la agencia surcoreana Yonhap.

El régimen norcoreano ha anunciado que lanzará el cohete entre el 10 y el 22 de este mes con el supuesto fin de poner en órbita un satélite. Aunque Estados Unidos y sus aliados asiáticos, como Corea del Sur y Japón, creen que en realidad se trata de un prueba de un misil con capacidad atómica de largo alcance. De hecho Japón ha desplegado misiles antiaéreos. El lanzamiento del cohete Unha-3 se producirá tras un intento fallido el pasado abril que terminó con la destrucción del misil cuando sobrevolaba el mar Amarillo poco después de despegar.